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Elsie Monge en la sala de su departamento en Quito. Marzo de 2022. Foto: Karen Toro A.
| Karol E. Noroña

“La lucha del periodismo es contar la vida y nos negamos a morir por decir la verdad”

El 23 de marzo de 2023, exactamente cinco años después del secuestro de Javier, Paúl y Efraín (Diario El Comercio), con quienes compartí redacción cuando comenzaba mi oficio, supe que los miembros de una organización narco criminal, que sirve logísticamente a cárteles internacionales presentes en Ecuador, planeaban un atentado en mi contra. De todas, esta fue la alerta más grave que recibí. Tuve acceso a chats y audios de las amenazas que incluían fotografías mías, información del barrio en el que residía en Quito, del medio en el que escribía y un plan de asesinato que escuché de las voces de los líderes narco criminales gracias a dos fuentes cercanas.

Al día siguiente salí de mi país, Ecuador, sin una fecha de regreso. Ahí empezó mi exilio y desde entonces han pasado ocho meses.

No he podido retomar mi trabajo ni he logrado volver a publicar nuevas investigaciones debido a que el medio digital en el que trabajaba decidió dejar la cobertura del crimen organizado y de las cárceles, porque tanto mi familia como mi equipo de trabajo siguen en Ecuador y podrían atentar en su contra, además de las secuelas psicológicas que me ha causado el exilio. Fui la primera de nueve periodistas que tuvo que exiliarse en este 2023 en Ecuador. Los nueve hemos tenido que dejar nuestros hogares, nuestras familias y varios de mis colegas han tenido que dejar incluso a sus hijos. Las amenazas en mi contra surgieron tras las denuncias periodísticas por vulneraciones a los derechos humanos en las prisiones y la gobernanza criminal, los vínculos del Estado con el crimen organizado y la complicidad de funcionarios estatales en las masacres carcelarias.

Yo viví en Quito, supuestamente un espacio más seguro y mi caso fue mediático, pero no ha sido así con los colegas que vienen de zonas abandonadas por el Estado y son focos de violencia, como Durán, Esmeraldas, Manabí y la Amazonía ecuatoriana.

Ni mi caso ni el de mis colegas han merecido siquiera un pronunciamiento del gobierno de Guillermo Lasso. Tampoco hubo apoyo para precautelar nuestras vidas, solo silencio.

Fundamedios ha documentado más de 220 agresiones contra la prensa este año y la Fundación Periodistas sin Cadenas, 257, más de la mitad corresponden a amenazas de muerte.
Obligados a dejar nuestros trabajos, no podríamos sobrevivir si no fuese por el apoyo económico de organizaciones internacionales, porque hemos perdido nuestros ingresos. Estoy buscando la forma de volver al país y continuar con mi trabajo, pero varios de mis colegas no volverán a ejercer el periodismo y no regresarán. Ese es el efecto de las amenazas; el silencio y el exilio para quienes deciden no volver y la autocensura para quienes deciden quedarse.
La mayoría hemos decidido no denunciar las amenazas porque no confiamos en el Estado ecuatoriano. ¿Cómo confiar nuestras vidas si uno de mis colegas denunció las amenazas en su contra durante ocho meses y el Estado no lo protegió, sino que lo expuso y lo revictimizó? Él es uno de mis buenos amigos. No está aquí hoy, pero me pidió que les diga lo que siente: “Hoy por hoy pareciera que ser periodistas en Ecuador es aceptar que en cualquier momento nos pueden matar.”
Sé que quienes quisieron matarme son protegidos por el Estado ecuatoriano. Lo digo con total dureza porque gozan de todo privilegio en prisión. Ordenan crímenes desde adentro y son beneficiados por la justicia ecuatoriana. Nuestras familias nos quieren vivos y libres, pero ahora ser periodistas en Ecuador, convertido en un narcoestado, nos puede costar una bala en la cabeza. Seguimos pensando que la lucha del periodismo es contar la vida y nos negamos a morir por decir la verdad.

Intervención de la periodista ecuatoriana, Karol Noroña que se vio forzada a vivir en el exilio tras recibir amenazas de muerte por su trabajo de investigación sobre grupos delincuenciales y del crimen organizado. Esta declaración fue emitida durante la audiencia sobre “Libertad de expresión y falta de garantías en la cobertura de prensa en Ecuador” en el 188 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos — CIDH que se desarrolló este 06 de noviembre de 2023 en Washington, DC.

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Autoras

Karol E. Noroña

(Ecuador, 1994). Periodista andina. Cuenta historias sobre los derechos de las mujeres, las familias que reclaman justicia, los delitos vinculados al crimen organizado en el país y la lucha de quienes no dejan de buscar a sus desaparecidos ante la inoperancia estatal.