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Elsie Monge en la sala de su departamento en Quito. Marzo de 2022. Foto: Karen Toro A.
| Nicole Morales

Sin justicia para las mujeres desaparecidas en Ecuador

En 2016, Luzmila Ramírez, una joven de 18 años de edad, viajó desde la ciudad de Huaquillas para inscribirse en la Facultad de Ciencias Médicas, en la Universidad Técnica de Machala. Ella vivía en Quevedo junto a su hermana Alexandra Cevallos Suárez y su mamá Nelly Suárez, pero el 02 de octubre se dirigió a la ciudad de Huaquillas donde se instaló con unos familiares lejanos. El 10 de octubre del 2016 era lunes. En el trayecto para inscribirse en la universidad mantuvo contacto constante con su hermana y lo último que se supo de Luzmila fue que se encontraba en los exteriores de la institución superior. Después de eso, no se conoce más sobre su paradero.

“Ella llega a la universidad más o menos a las 9:15, porque a esa hora la llama mi hija la mayor, entonces le dice: ´ñaña yo estoy llegando aquí, a la universidad, y le dice ñaña no tengo saldo, más tarde pongo´. Eso es lo último que acaba de decirle a la ñaña mayor. Las últimas palabras que escuchamos de mi hija”, recuerda su madre, Nelly Suárez.

Luzmila mide 1 metro y 60 centímetros, tiene ojos grises y el cabello negro. Padece una discapacidad visual del 52%, pues, además de tener miopía, astigmatismo, distrofia de conos y bastones, que provoca la pérdida progresiva de la visión periférica, sus familiares afirman que ella solo veía en blanco y negro. Por eso, su sueño era especializarse en oftalmología para encontrar una cura para su propia enfermedad.

Un día después de su desaparición, su hermana, Alexandra Cevallos, y su madre Nelly, se acercaron a las oficinas de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (DINASED) de Quevedo, pero les dijeron que tenían que colocar la denuncia en la ciudad donde desapareció. Entonces, recorrieron aproximadamente seis horas en autobús hasta llegar a Machala. A las 22:00 del 11 de octubre de 2016 llegaron a la Fiscalía de la ciudad para reportar a Luzmila como desaparecida. 

Familiares de las personFamiliares de las personas desaparecidas sostienen carteles de búsqueda a las afueras de la Fiscalía del Guayas. Guayaquil, 01 de abril de 2022. Foto: Nicole Morales

Allí, cuentan que desde el inicio fueron revictimizadas. “La DINASED me lo ha dicho muchas veces, no puede ser una desaparición porque decidió irse con el novio”, señala Alexandra y agrega que “nunca creyeron que Luzmila vino a estudiar. Yo tuve que imprimir todos los documentos”. Ella se refiere a las acreditaciones que ratifican que su hermana había aprobado el examen de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) con un puntaje de 826, lo que le abrió las puertas para estudiar medicina y por lo cual tuvo que movilizarse hasta Machala. 

Lidia Rueda, presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec), explicó que “para el Estado es más fácil decir que la mujer se lo buscó porque no quería ser controlada por sus padres, no quería ser controlada por el marido, no quería ser controlada por nadie, era una libertina”. 

“Era mi amiga, teníamos sueños y no me pueden decir que ella se fue con el novio. Porque yo le ayudé y ella me contaba cuánto se sacrificó para estudiar. Noches enteras estudiando para sacar un buen puntaje. Y que ese sueño, me vengan a decir que lo abandonó, ¡no!”, reclamó Alexandra con indignación y lágrimas en los ojos frente al capitán de la Policía Marco Egas Tobar, Jefe de la Subzona de Policía El Oro Nº 7, quién le respondía que espere los resultados de la investigación. 

Esta confrontación con Egas ocurrió casi seis años después de la desaparición de Luzmila, en el marco de la Segunda Caravana por las personas desaparecidas y encontradas sin vida en Ecuador que se realizó del 28 de marzo al 02 de abril de 2022. Familiares y amigos recorrieron siete ciudades del país para exigir justicia, reparación y memoria por sus seres queridos. De este modo, llegaron a Machala para respaldar a la madre y a la hermana de Luzmila.  

Carteles de búsqueda de los desaparecidos tendidos en el piso al frente de la Fiscalía del Guayas. Guayaquil. 01 de abril de 2022. Foto: Nicole Morales

Esta es la segunda vez que se realiza la caravana en la búsqueda de algún indicio que permita localizar a las personas desaparecidas. Según Rueda, existen más de 2.000 casos que se encuentran en investigación, sin respuestas. Así, muchos procesos se quedan sin resolución por el escaso número de agentes especializados (240 en todo el país) y la falta de presupuesto para este fin. 

Gracias a la lucha incansable de los familiares de las víctimas en encuentros autoconvocados, como la caravana, han conseguido que la desaparición involuntaria sea considerada un delito con la reforma del Código Orgánico Integral Penal (COIP) Ecuador, vigente desde el año 2020. Además, lograron que se aprobara la Ley Orgánica de Actuación en Casos de Personas Desaparecidas y Extraviadas en diciembre de 2019. Ahora, piden que se destine presupuesto suficiente para la profesionalización de jueces e investigadores.

En el encuentro de este año, aprovecharon para visibilizar las falencias en la investigación del caso de Luzmila. Solo dos semanas antes de que llegara la caravana, Alexandra denunció que cambiaron a la agente investigadora del caso. La nueva persona encargada no conocía los hechos ni las diligencias realizadas. Esta no es la primera vez que se rotan a los agentes. 

Las irregularidades se observaron desde el inicio de la investigación. “¿Por qué se perdieron los videos del bus donde ella se traslada de Huaquillas a Machala? ¿Por qué no pudieron encontrar una sola pista de las primeras horas de su desaparición?”, se pregunta Alexandra y agrega que “el primer año yo pedía que se encuentre el celular de Luzmila. Siempre dieron negativas. Me lo dieron después de 5 años y no por Dinased El Oro, fue por Dinased Quevedo, porque yo presioné desde Quito. Si no el teléfono nunca hubiera aparecido”. 

Nelly Suárez sostiene el cartel de búsqueda de su hija Luzmila Ramírez, frente a la DINASED. Machala, 31 de marzo de 2022. Foto: Nicole Morales.

Nelly también relató todo lo que tuvo que vivir durante estos largos años de búsqueda sin respuestas. “Desde el día que mi hija desapareció, mi vida cambió totalmente. He sido una mujer que verdaderamente ha llorado demasiado, hasta me he enfermado. La única ayuda es Dios a quién le clamo día y noche y me da una esperanza de que algún día la he de ver. La única esperanza es Dios, las autoridades nada de respuestas”, afirma.

Familiares de Luzmila Ramírez y miembros de Asfadec realizaron un plantón en las afueras de la Fiscalía de El Oro para exigir respuestas. Machala, 31 de marzo de 2022. Foto: Nicole Morales.

Las falencias en el proceso de investigación son un patrón recurrente en los casos de desapariciones, que en Ecuador suman tres denuncias cada día. De estos casos, más de la mitad de desapariciones son de mujeres, con mayor incidencia en edad adulta, y en niñas y adolescentes, según cifras del Ministerio de Gobierno. De enero a febrero de 2022, se registraron 1.217 denuncias de desaparición. De ellas, 135 personas aún se encuentran desaparecidas. El 60.7% son desapariciones de mujeres y el 39.3% de hombres. Las provincias con índices más altos de desaparición son Guayas, Pichincha y Manabí.

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Ecuador adoptó varios instrumentos para enfrentar la violencia de género, como la Ley para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, que en su artículo 6 señala: “El Estado es responsable de garantizar el derecho de las mujeres: niñas, adolescentes, mujeres adulyas y mujeres mayores, a una vida libre de violencia (…)”. Sin embargo, la normativa existente es insuficiente, pues los derechos de las mujeres se siguen vulnerando. 

Hasta el momento, no hay una política pública específica para la atención integral de mujeres desaparecidas y de sus familiares y para el desarrollo de acciones preventivas específicas. Tanto las mujeres víctimas directas e indirectas de desaparición ven vulnerados sus derechos, esto incluye el momento de exigir verdad y justicia para sus seres queridos desaparecidos. 

Alexandra Cevallos sostiene carteles de búsqueda de su hermana Luzmila Ramírez y un documento en el que pide a la Fiscalía de El Oro que se comprometa a acompañar y seguir el caso. Machala, 31 de marzo de 2022. Foto: Nicole Morales.

 Alexandra encabezó el plantón de la Segunda Caravana, en Machala. De pie, sostuvo con ambas manos el cartel que llevaba la foto de su hermana. Resalta a la vista su largo cabello negro y su rostro, que muestra una profunda insatisfacción reflejada en su mirada profunda, con las cejas fruncidas, pero con la cabeza siempre en alto. “Yo me siento burlada. Siento vulnerados todos mis derechos. El primer año, yo vivía solo en la Panamericana viajando. Huaquillas – Santa Rosa – Machala – Fiscalía – Dinased. Esa era mi vida. Pero, luego de cinco años yo ya me cansé de viajar. Qué hago viniendo a Dinased si no me dan una respuesta”, afirma con indignación Alexandra. Se le nota la inmensa preocupación por no saber qué es lo que le ocurrió a Luzmila. 

El texto,  ¿Qué hay detrás de las desapariciones? , realizado por Asfadec, dice que la desaparición de personas no es un fenómeno que termina solo con este acto, sino que tiene muchos delitos conexos como la trata de personas, el homicidio, el femicidio, el secuestro, el narcotráfico, la delincuencia. Adicionalmente, esto se vincula a otros fenómenos sociales como el empobrecimiento, la violencia, la migración.

Para Lidia Rueda, “las mujeres estamos entre las personas más vulnerables. Dentro del término de desapariciones, suponemos que hay una serie de delitos. Especialmente lo que es la trata sexual”, menciona.

Lidia Rueda, presidenta de Asfadec, pide reparación, justicia y memoria por las personas desaparecidas frente a la Fiscalía del Guayas. Guayaquil. 01 de abril de 2022. Foto: Nicole Morales.

El pasado 04 de abril de 2022, Luzmila cumplió 24 años. Un año más en el cual sus familiares no podrán celebrar junto a ella. “No sé qué pasó con mi hermana, hasta el momento no tengo indicios claros. Hasta el momento no sabemos si está con vida, si la tienen retenida o como la DINASED me lo ha dicho muchas veces, no puede ser una desaparición porque decidió irse con el novio, pero hasta el momento ni DINASED me lo ha justificado”, reflexionó Alexandra.

Como Alexandra y Nelly, miles de madres, hermanas, hijas, tías y amigas salen a las calles a buscar a sus familiares y conocidos. En este camino se encuentran con otras historias similares y mutuamente se dan ánimo unas a otras. “Les pido de favor seguir esta lucha incansable hasta que aparezcan nuestros desaparecidos. Que todos unidos es una mayor fuerza”, expresa Nelly. 

Una batalla que no se acaba hasta encontrar respuestas. “Yo no me canso, yo no me voy a cansar, yo no tengo otra hermana y si me toca en mi vida seguir buscando y seguir insistiendo, buscando en autoridades, buscando investigadores, pues lo voy a seguir haciendo. El amor por Luzmila, por mi amada hermana, por mi única hermana me mueve contra viento y marea, yo voy a seguir, yo no me canso, ni por Luzmila ni por ninguno de mis desaparecidos. Yo quiero justicia y verdad. El día que yo encuentre justicia y verdad voy a descansar”, reclama Alexandra.

Marcha por los desaparecidos en la Av. 9 de Octubre. Guayaquil, 01 de abril del 2022. Foto: Nicole Morales.

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Autoras

Nicole Morales

Periodista titulada por la Universidad Católica del Ecuador. En su trayectoria ha tratado temas de género, ambiente y derechos humanos. Trabajó en varios medios de comunicación nacionales. También, es activista por los derechos de las mujeres y la naturaleza.