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Elsie Monge en la sala de su departamento en Quito. Marzo de 2022. Foto: Karen Toro A.
| Tsaywa Samay Cañamar M.

Shunku-yay: poesía en kichwa

Soy Tsaywa Samay Cañamar M., warmi kichwa, autora del poemario Shunku-yay. Kaypimi shunkuwan yuyarishka shimikunata killkakupani, shinallata imashalla arawikunata killkashpa shamushkatapash rimakripani.

El poemario es el resultado de un proyecto ganador del concurso de “Creación y publicación literaria en lenguas indígenas” del IFCI en el año 2021, en la misma, nace mi propuesta con un poemario titulado, en kichwa, como Shunku-yay o interpretada en español como “Mirarse en la eternidad del corazón”. Un trabajo lleno de aprendizajes.

Entiendo que desde mis privilegios alcanzados -y que algunos se traducen a derechos-, he podido lograr tener un espacio para escribir, un acceso a la educación, acceso a herramientas digitales y a la par cargada de una voz que grita mediante mi pluma, que grita el dolor que han visto mis ojos, han palpado mis manos, mis pensamientos, mi vida junto a las warmis desde mi trabajo. En shunku-yay intento retratar a las warmis que he conocido desde mis experiencias de acompañamiento a mujeres sobrevivientes de violencia de género, desde mi rol de psicoterapeuta además de investigadora en este tema.

Desde esta labor, amo a las warmis que atiendo, creo en ellas y mediante el mundo de las palabras quiero alzar su grito, a veces silenciado, golpeado, abusado, o  incluso matado. Las warmis, las niñas han sido mi eje principal, yo me muevo alrededor de ellas y con ellas, a través de este ciclo espiralado de la vida. Intento mostrar la condición de las mujeres y su trabajo de cuidado como acciones olvidadas, acciones no reconocidas muchas veces para el ayllu y para el resto. También hago una denuncia a la injusticia, una denuncia por mis muertas, y un susurro de fuego por las que siguen vivas y a veces con el alma apagada.

Este trabajo es un intento para que comprendamos que las violencias son el resultado de las grandes estructuras patriarcales racistas que hoy están hiladas, naturalizadas en nuestra sociedad, presentes en la cotidianidad. Lugar en donde nuestras cuerpas femeninas y feminizadas son el objeto más dócil para absorberlas. Del mismo modo que retrato a las warmis, retrato  también a las wakas, a los espacios sagrados, hago un llamado a la espiritualidad propia, rescato nuestros propios rituales de sanación como una propuesta de sanación frente a las violencias, dado que en mi práctica es lo que ha ayudado a promover la salud mental-integral. Finalmente, en Shunku-yay enuncio el poder más grande que tenemos, y que es el amor a nosotras mismas; muy poco exploradas en este tiempo de matices instantáneas y comerciales. En Shunku-yay hago un llamado al amor propio, al kuyarina, hago una invitación a amarnos a nuestro ritmo, a escucharnos en cada respiro, en cada pensamiento. Warmikunaka ñukanchik kuyayta riksishpa, kuyarina ninawan purina kanchik yani.

En Shunku-yay muestro mi kichwa, la madre que ha abrigado a mis primeras, y me sigue nutriendo con mucha fuerza interna. Ella nos pide auxilio, y la sostengo junto a mi. Me interesa mucho que los niños, las niñas, las warmis, los karis podamos escribir en nuestra lengua, ya no solo hablarla, que ya no sea solo una lengua que sobreviva en la clandestinidad del espacio doméstico. Sueño que cada vez, seamos más personas kichwa hablantes que tomemos un papel y retratemos nuestro grito con una gran confianza. Sueño que mis tías, mis ñañas, mis warmis, mis wawas, mi ayllu pueda escribir en kichwa sin temor, vergüenza o miedo, porque eso es lo que ha generado la colonia; muchos siglos de inseguridad. Creo que es muy justo, y es un derecho que podamos escribir en nuestro idioma y que no deberíamos ganar un concurso para escribir sino que el derecho al acceso a la educación debe asumir la responsabilidad de generar espacios transversales para su ejecución.

El kichwa que hablamos en cada lugar y sonido importa; el kichwa tiene un sonido que despierta vida, despierta sensaciones, vibra, enciende, por ello me es muy importante adjuntar a mi poemario escrito, audio-poemas para quienes sea difìícil dar lectura a un kichwa medianamente estandarizado que he usado, para quienes quieran solo escucharla y no leerla, para quienes desean conectarse al mundo de los sonidos, para quienes se rehúsan a la nueva forma de escribir, para quienes deseen aprender, para quienes amamos su sonido, para todes. Por ello les adjunto extractos del audio poema de la poeta náhuatl mexicana, Nadia López quien dio voz a los poemas: “Kuyariy” y “Àmate”.

En Shunku-yay pude conocer los retos que las warmis debemos pasar para ser escuchadas, para generar propuestas, para proponer poesía, con estéticas y miradas nuestras. Por ello agradezco al equipo compañero y un sinfín de semillas que me apoyaron en este proceso. A Fundación Shungo por confiar en el poemario. Agradezco a mi querida hermana, Manai Kowii por haberme apoyado con ilustraciones y por su puesto, imágenes maravillosas que acompañan las tres partes del poemario: Lugares sagrados; Mujeres y su vida; Rituales de sanación y amor propio.

Shunku-yay muestra mis experiencias de vida, el amor a la vida, a las samis, a los apus. Shunku-yay muestra la rabia, la indignación, y la tristeza que me han tocado y han tocado a cada warmi, a cada una de mis hermanas. Chay shunku yuyarishkata rikuchipani. Shunkuwan kawsayka alli kawsaymi kan, ninashna, yakushna kawsaymi kan.

A continuación les (nos) regalo este arawi/poema:

Kuyariy

Kanchapi sinchilla kaparinakun,

Chay kaparika, ashataka, uchilla kaspishnalla tuksimukunka.

Millaylla kaparimuyka uku aychapi urpikunatapashmi kallpachinka.

Wakinpika, asha wikipash urmamunka,

ñukamari

kuliramanta, manchaymantapash,

nalli rurarkani yashpa.

Wakinpika,

pachata shayachinata yuyanallami.

Wakinpika,

kikin munaykunata mikllana kanki.

Allilla rimachishpa, tullpushpa.

Wakanallami,

kaparinallami,

kuliranallami,

ashatapash chinkarinalla,

pachapi kutinlla tikrarishpa

shunkuta mishkilla shinchilla shimiwan kuyachishpa.

Imatak ruranatapash na yachashpaka, allimi kanka,

hatarinallami,

urmanallami.

Kikin ukupa sisapampata alli asnachilla.

Chaymanta kiwa hawapi siririshpa ukllariy.

Chakishka pankakunawan wikita pichariy.

Turnu Pakchapa tamya yakukuwan mayllariy.

Na manchashpalla, kikin kashpalla.

Allimi kanka, mana riksishka ukupi kikinlla purikushpapash.

Allilla samayta hapinki.

Pipash imasha na kuyashkata kuyarinki.

Kikin samaywanllata chariyarishpa.

Pipakpash kupata aparishkataka ninamam rupachiy.

Kikin uku kawsayta kuyaylla.

Kikinllata kuyariy.

Kallaripipash tukuripipash kuyariy. 

Ilustración de Manai Kowii: Mujer enredada entre fajas.

Amarse

Hay gritos afuera.

Tal vez como una espina que se prende en tu cuerpo,

un estruendo que ahuyenta a tus pájaros internos.

Tal vez corre una lágrima

de culpa,

rabia,

miedo.

Tal vez,

solo tal vez,

debes pausar el tiempo.

Mecer tus sentimientos.

Susurrarles despacio, colorearlos.

Tal vez llorar,

gritar,

rabiar,

perderte por instantes,

regresar en el tiempo

y alivianar el pecho con palabras de trueno.

Está bien sofocarse,

levantarse,

rendirse.

Aspira los aromas de tu jardín interno.

Arrúllate en las sombras y pastos de tu campo.

Sécate con las hojas que levanta el otoño.

Límpiate con la lluvia que trae Turnu Pakcha.

Sin temor, solo siendo.

Está bien que seas tú en medio del misterio.

Que respires despacio.

Que te ames sin filtros.

Que sostengas tu aliento.

Deja lo que no es tuyo, espárcelo en el fuego.

Ama tu mundo interno.

Adórate primero.

Adórate infinito.

Extracto del audiopoema “Ámate” desde la voz de la poeta mixteca, Nadia López.

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Autoras

Tsaywa Samay Cañamar M.

Apegada al trabajo psicoterapéutico y de protección a mujeres y sus hijes sobrevivientes de VBG y abuso sexual infantil. Mujer kichwa feminista. Le gusta escribir. Autora del poemario Shunku-yay.