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Elsie Monge en la sala de su departamento en Quito. Marzo de 2022. Foto: Karen Toro A.
| Karol E. Noroña

¡El gobierno lo negó, pero en las cárceles ecuatorianas las muertes relacionadas con tuberculosis son una realidad!

Este texto recoge 20 hechos clave relacionados con la situación de tuberculosis en las cárceles de Ecuador desde finales de 2024 a marzo de 2025.

Accedí a cinco informes estadísticos de defunciones en los que médicos legistas certifican que cinco personas privadas de la libertad fallecieron por causas asociadas a la tuberculosis en: noviembre de 2024, febrero y marzo de 2025.

Eran hombres de entre 20 y 35 años de edad, que cumplían sus sentencias en el complejo carcelario de Guayaquil. Sus familias denunciaron la falta de acceso a atención médica oportuna, situación que se agravó desde la declaratoria del conflicto armado interno en Ecuador.

«No hay ninguna razón para creer que presos han fallecido por tuberculosis»

El 10 de marzo de 2025, el abogado Edgar Lama, ministro de Salud, aseguró que no había registro de personas fallecidas por tuberculosis en las cárceles. La declaración llegó después de que cinco personas presas, de entre 22 y 37 años de edad, fueron encontradas sin vida en el pabellón 12 de la Penitenciaría del Litoral de Guayaquil, el 7 de marzo.

Un parte policial indicó que las muertes habrían sido causadas por tuberculosis.

El 11 de marzo, a través de un boletín de prensa, el Ministerio de Salud Pública, sostuvo que no hay fallecidos por tuberculosis en las cárceles.

El 13 de marzo, el ministro Lama dijo, en una entrevista televisiva, que, aunque no había informe de autopsia definitivo sobre las muertes, no había razón alguna para creer que ocurrieron por tuberculosis. También afirmó que “distintos presos” se habrían rehusado a tomar medicamentos.

¿Cómo fallecieron cinco personas simultáneamente en un mismo pabellón?

Jorge Ayoví, Jefferson Tarira, Aníbal Rodríguez, Jonathan Méndez y Carlos Molina fueron encontrados sin vida en el pabellón 12 el 7 de marzo de 2025. De acuerdo con fuentes forenses, dos de ellos murieron por causas relacionadas con tuberculosis (estas dos muertes se suman a las cinco que confirmamos con los informes estadísticos de defunciones. En total registramos siete muertes relacionadas con tuberculosis).

Los otros tres hombres fueron ahorcados. Jorge Ayoví es una de las víctimas. Era un joven de 22 años de edad, sentenciado por su participación en la incursión armada en el canal TC Televisión, en enero de 2024.

Fuentes reservadas vinculan estas muertes violentas a la masacre de 22 personas en el distrito Nueva Prosperina, en el noroeste de Guayaquil, ocurrida el 6 de marzo de 2025. El pabellón 12 está liderado por una banda criminal involucrada en la masacre.

El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores no ha ofrecido más detalles ni ha profundizado en el contexto de las muertes.

¿Qué es la tuberculosis?

Es una enfermedad infecciosa causada por el bacilo de Koch, una bacteria que afecta principalmente a los pulmones. Se transmite por el aire, a través de gotitas microscópicas que una persona enferma, y sin tratamiento, expulsa al estornudar, toser, hablar o reír.

Al menos una cuarta parte de la población mundial se ha infectado por el bacilo tuberculoso y entre el 5% y el 10% de personas contagiadas termina enfermando. El riesgo aumenta para las personas cuyo sistema inmunológico esté debilitado como ocurre en casos de desnutrición, diabetes e infección por el VIH. Todas estas, son situaciones con las que ya viven miles de personas dentro de las cárceles.

La tuberculosis, además, es una enfermedad con contexto social: el hacinamiento, la insalubridad, los sistemas sanitarios débiles y la extrema pobreza son impulsores para que los casos de infección aumenten. 

Fuente: Organización Mundial de la Salud y especialistas en neumología consultados.

La tuberculosis en las cárceles ecuatorianas

En Ecuador, la tuberculosis es una enfermedad endémica. Desde 2022, los casos de tuberculosis incrementaron en un 63% hasta 2024 a escala nacional. 

La tasa de incidencia en Ecuador —es decir, un indicador del número de nuevos casos de la enfermedad— es 45 por cada 100 mil habitantes. 

En las cárceles, la tasa de incidencia es de 4 385 por cada 100 000 habitantes.

Esto significa, de acuerdo con el Observatorio Social de Tuberculosis, que el riesgo de desarrollar tuberculosis en una persona privada de la libertad es 100 veces mayor que en la población general.

Fuente: Gaceta de tuberculosis del Ministerio de Salud Pública y Observatorio Social de Tuberculosis

Más de mil personas con tuberculosis en las prisiones

En las cárceles ecuatorianas, hay, al menos, 1 115 personas con tuberculosis, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud. Todas deben ser aisladas y recibir un tratamiento con fármacos antibióticos, conocidos como “antituberculosos”.

El ministro Edgar Lama descartó declarar una emergencia epidemiológica. Dijo que se debería realizar un cerco epidemiológico para “controlar la situación”. Sin embargo, aún no ha sido aplicado. 

Estas son las provincias con mayor número de casos:

  1. Guayas: 565
  2. Los Ríos: 123
  3. El Oro: 59
  4. Manabí: 51
  5. Esmeraldas: 47

Fuente: Ministerio de Salud Pública

Emergencia epidemiológica, una exigencia colectiva

Organizaciones como el Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos (CDH Guayaquil), el Observatorio Social de Tuberculosis y comités de familiares de personas presas exigen la declaratoria de emergencia sanitaria para evitar el incremento de casos y atender adecuadamente a los pacientes de tuberculosis. Instituciones como el Municipio de Guayaquil y la Federación Médica Ecuatoriana han instado al gobierno a activar medidas urgentes para contener un posible brote. 

La alerta no es nueva

En febrero de 2024, el juez Manuel Peña declaró la vulneración de derechos en la Penitenciaría del Litoral después de constatar que había personas enfermas sin acceso a atención médica. Entre ellas, pacientes con tuberculosis.
Las muertes que contradicen la versión del gobierno 

Según los informes estadísticos y documentos de defunción: 

  1. Edgar V.

(27 años)
Falleció el 23 de noviembre de 2024 debido a una falla multiorgánica por tuberculosis.

  1. Christian T.

(29 años)
Murió el 2 de febrero de 2025 debido a un infarto agudo de miocardio asociado a una tuberculosis pulmonar. También padecía desnutrición.

  1. John C.

(30 años)
El 3 de febrero de 2025, el CDH Guayaquil y su familia solicitaron atención médica urgente debido a los síntomas de tuberculosis y sarna. La familia también había denunciado que era “violentado por parte de militares”.

Falleció el 22 de febrero debido a un paro cardíaco por insuficiencia respiratoria, asociada a una tuberculosis de pulmón.

  1. Segundo B.

(35 años)
Falleció el 11 de marzo de 2025 debido a un infarto agudo de miocardio por insuficiencia respiratoria, asociada a una tuberculosis pulmonar. También sufría de desnutrición. 

  1. Boris B.

(20 años)
Murió el 13 de marzo de 2025 debido a una insuficiencia respiratoria aguda por una tuberculosis de pulmón.

Los cinco hombres cumplían su sentencia en la Penitenciaría del Litoral. Analizé los documentos con la médica Clara Freile, vocera del Observatorio Social de Tuberculosis. Otros médicos consultados aseguraron que deben hacerse análisis más profundos sobre la historia clínica de los fallecidos.

El Ministerio de Salud Pública dijo a La Periódica que John C. y Christian T. no constaban en los sistemas de información como personas diagnosticadas con tuberculosis; tampoco como pacientes en tratamiento o catalogados como presuntivos de tuberculosis. Aún estamos a la espera de que el Ministerio responda sobre las otras muertes.

Las personas presas alzaron su voz para denunciar violencia y falta de acceso a la salud

“Desde septiembre de 2023 no me sacan al hospital. No me dan ni paracetamol. Yo lo único que pido es que me permitan seguir el tratamiento. No tenemos energía eléctrica. No hay agua. Dormimos con toda la pestilencia. A mí, siendo una persona de 48 años con tuberculosis, [los militares] me han puesto corriente porque no me he acostado boca abajo. Si no me acuesto es porque no puedo, porque me ahogo, no puedo respirar bien”. 

Persona privada de la libertad de la Penitenciaría del Litoral, durante una audiencia de habeas corpus el 3 de febrero de 2024.

“Yo no solo fui agredida y utilizada por las fuerzas militares. Yo fui violada y de ahí me sacaron al hospital. Me tenían en una celda de la Penitenciaría del Litoral, donde no solo me encerraban a mí, sino a otras cuatro transexuales.

No solamente fui violada por cinco hombres, también me pusieron a hacerles sexo oral y fui escupida. Me cortaron el cabello porque yo nunca me quise hacer el corte de cabello”.

Mujer trans migrante privada de la libertad con VIH y tuberculosis, durante una audiencia de habeas corpus el 26 de febrero de 2024. CDH Guayaquil

Una alerta latente

Desde el 2024, la crisis humanitaria dentro de las prisiones se ha profundizado debido a la militarización. Se han puesto en cargos públicos a funcionarios que no están capacitados en gestión penitenciaria. Hasta junio de ese año, no había un control por parte de agentes civiles en temas vitales: salud, alimentación y rehabilitación. Esa ausencia agravó muchísimo las enfermedades preexistentes de las personas privadas de la libertad y generó un contagio masivo de tuberculosis que en 2025 se está replicando.

Desde el 2024, también, el CDH Guayaquil presentó una serie de habeas corpus donde se evidenció la falta de atención médica, además de condiciones de hacinamiento y tortura que propiciaban el aumento de enfermedades”. 

Fernando Bastias Robayo

Abogado, CDH Guayaquil

En noviembre de 2024, el CDH Guayaquil publicó un informe en el que, tras dos visitas a la Penitenciaría del Litoral en septiembre de ese año, alertó que:

  • En el pabellón 7, donde cumplen su condena las personas contagiadas con tuberculosis, el suministro de la medicación no era sostenido para todos los enfermos. Estaban pálidos y desnutridos.
  • No había un protocolo claro de atención médica. Las personas presas debían avisar a los militares que necesitaban ayuda. Varias no pudieron acceder a una cita profesional. 
  • No existía infraestructura idónea para atender a los pacientes después de la destrucción del policlínico que había en la Penitenciaría. 
  • Había personas usando bolsas de colostomía durante más de tres semanas, cuando solo deben utilizarse de tres a cinco días debido al riesgo de infección.

El acceso a la salud, una exigencia sistemática de las familias

Ana Morales, madre de Miguel López, víctima de la masacre carcelaria del 28 de septiembre de 2021 en la Penitenciaría del Litoral, presumía que su hijo padecía tuberculosis. No pudo comprobarlo porque lo asesinaron antes de que pudiese acceder a una visita médica. Ahora, como vocera del Comité de Familiares por una Vida Digna dentro y fuera de las prisiones, acompaña a más familias.

El Estado no garantiza la vida de nuestros familiares. Tampoco su salud. 

¿Cómo van a decir que los presos no quieren tomar su medicina? Eso no es verdad. En el Comité hemos acompañado a madres y esposas que han recibido la súplica de sus familiares. Les ruegan que, por favor, consigan que los saquen al hospital. Esa es la realidad. No están aislados y los traslados masivos han causado más contagios. Exigimos que el Estado reconozca esta emergencia”.

Ana Morales

Directora del Comité de Familiares por una Vida Digna dentro y fuera de las prisiones

La demanda del Observatorio Social de Tuberculosis

“Como Observatorio, estamos pidiendo al Ministerio de Salud que declare una alerta sanitaria en los centros de privación de libertad. Necesitamos que forme una mesa de diálogo donde participen las familias, la sociedad civil, la Defensoría del Pueblo, el SNAI y el Ministerio de Salud para que, junto a organismos internacionales que tienen experiencia en detección, diagnóstico y tratamiento de tuberculosis, puedan armar un protocolo adecuado para manejar la enfermedad. 

Hay un problema central: el desconocimiento de lo que realmente implica la tuberculosis ha causado muchos conflictos y sigue poniendo en riesgo a la población penitenciaria, a sus familiares y a los trabajadores del sistema carcelario”.

Clara Freire

Médica y vocera del Observatorio Social de Tuberculosis  

La nueva posición del Ministro de Salud 

Seis días después de descartar toda posibilidad de que personas presas hayan fallecido por tuberculosis, el 15 de marzo de 2024, el ministro Edgar Lama anunció que solicitó “urgentemente” un informe detallado de los casos de tuberculosis en las prisiones ecuatorianas, luego de que familiares llegaran con exámenes y documentos sobre posibles padecimientos de la enfermedad hasta el Ministerio de Salud.

“He pedido que se aceleren todos los procesos de investigaciones para tener transparencia”, dijo el ministro.

El Ministerio de Salud aún no ha explicado por qué las personas presas se negarían a tomar los medicamentos que necesitan con urgencia.

La crisis carcelaria está lejos de terminar

El aumento de casos de tuberculosis en el sistema penitenciario de Ecuador se suma a las sendas denuncias por tortura, tratos crueles e inhumanos, homicidios y violencia sexual contra las mujeres y  la población LGBTIQ+ presentadas en la Fiscalía ecuatoriana, que han ido en aumento desde que el gobierno de Daniel Noboa declaró el conflicto armado interno en Ecuador.

¿Qué vidas se están sacrificando por una promesa de seguridad que no llega?

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Autoras

Karol E. Noroña

Periodista ecuatoriana especializada en investigación de cárceles, violencia y crimen organizado desde un enfoque de Derechos Humanos. Ha colaborado con medios nacionales e internacionales como InSight Crime y France 24. Es autora de Ausencias: nombrar al Ecuador profundo (Mención de Honor Premio José Peralta 2024). También promueve la cultura de paz en procesos comunitarios con lideresas e infancias en Esmeraldas junto al programa Nación de Paz.