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Elsie Monge en la sala de su departamento en Quito. Marzo de 2022. Foto: Karen Toro A.
| Mariela Rosero Changuán

La Universidad Central analiza si apoya a profesor, cuyo nombre apareció en un telón junto a la palabra acosador

Hace poco más de un año, el 3 de febrero de 2022, la Facultad de Comunicación Social (Facso), de la Universidad Central del Ecuador, expresaba sus condolencias a la familia de la ex estudiante, Johanna Guayguacundo, en redes sociales. En las aulas, las y los chicos hablaban del femicidio de una de las suyas. Así —relata Arturo Estrella— surgió la Iniciativa Johanna, cuyas acciones se detuvieron, cuando otro docente se sintió aludido y presentó una queja que podría terminar en su suspensión.

Estrella, profesor de marketing y diseño de campañas y gestión de crisis de comunicación, dice que Johanna fue su ayudante de cátedra. También de otros colegas más. A los 28 años de edad, la periodista fue asesinada por su expareja, hasta contaba con una boleta de auxilio para que no se le acercara, pero nunca la dejó en paz. Gracias a su familia y a la de organizaciones de mujeres, en octubre del 2022, el femicida fue sentenciado a 26 años de prisión.

El semestre pasado, las estudiantes —cuenta Estrella— le propusieron trabajar en la Iniciativa Johanna. Querían recordarle a la comunidad de la Universidad Central qué es la violencia de género, los tipos de violencia y qué hacer al respecto. Entre las actividades planificadas surgió la idea de ofrecer una bandera gigante, para registrar mensajes en torno a la violencia de género.

La bandera lila medía unos 15 metros de largo y 1.50 metros de ancho. La habían decorado con huellas de palmas de manos en color negro. Circuló en todas las facultades, inclusive por la de Ciencias Médicas, que está en otro campus. Estas activaciones fueron parte del proyecto Mujer y universidad, cien años de irrupción, por el aniversario de la graduación de Matilde Hidalgo.

La profesora Milena Almeida recuerda que las estudiantes participaron de un performance, con la Canción Sin Miedo, de Vivir Quintana. También fueron parte de un coro, que se desarrolló en el Teatro Universitario.

En el telón lila se escribieron, de forma anónima como es común en estos casos, frases que hacían referencia a la violencia contra las mujeres, testimonios breves de víctimas de acoso en las aulas y más. Pero 11 letras, que juntaban el nombre de un docente y la palabra acosador, hicieron que la Iniciativa Johanna fuera sepultada. Además, habían preparado vídeos cortos y carteles, que no vieron la luz. 

El 2 de septiembre, menos de 24 horas después de que la tela fuera extendida en la entrada de la Facso, Estrella recibió un oficio escrito y un pedido verbal, del decano, para que la retirara. Asegura que no tuvo oportunidad de explicar nada y luego supo que el docente aludido había presentado una queja, que derivó en un trámite administrativo, que llegó a la Dirección de Bienestar Universitario y después al Comité de Ética.

En su resolución del 2 de noviembre del 2022, el Comité de Ética consideró que el profesor Arturo Estrella cometió una falta grave en contra de su colega, con quien asegura nunca ha tenido ningún tipo de relación. La Periódica le pidió a través del email institucional, una entrevista al aludido y demandante, pero nunca respondió. Solo lo hizo la Directora de Comunicación de la Central, de forma despectiva. Sin embargo, accedimos a la queja inicial del docente:

“El día de ayer 1 de septiembre de 2022, en el evento auspiciado por el profesor Arturo Estrella con los estudiantes del séptimo semestre y publicitado por la Facso, denominado Inicitativa Johanna, se colocó una bandera en el portón frontal del edificio de la facultad. Una vez más los mensajes ofensivos contra mi persona se hacen públicos, esta vez con el auspicio de un profesor”.

En la carta, que envió al Decanato, exige que, “de inmediato se retire esta bandera y se guarde como prueba del delito causado, a la vez que se ponga en conocimiento de los organismos pertinentes a efectos de que el docente explique las razones por las cuales se permite emitir este tipo de calumnias y ofensas contra mí”.

Además, señaló que: “el Estatuto Universitario es claro en que estos actos constituyen ofensas graves que ameritan sanción a quienes lo auspician o realizan directamente”. Se le solicita al docente denunciado que de manera inmediata retire la bandera colocada en el portón frontal del edificio de la Facultad, en el marco del evento Iniciativa Johana.

Estrella considera que hubo irregularidades y caducidades en el proceso al darle más tiempo al acusador, para presentar la queja. “No hay una prueba de que yo haya escrito esa frase o convencido o pagado para que alguien escriba esa palabra por la que se siente aludido”.

En primera instancia, el caso llegó a la Dirección de Bienestar Universitario. Por lo cual su directora, Nilka Pérez, mediante oficio UCE-DBU -2022-0453-O del 7 de septiembre de 2022, lo envió al Comité de Ética. Le indicó que, “se presume una falta del comportamiento ético de docentes y estudiantes”. Y dice que se refiere a:

  • Mantener relaciones amistosas o afectivas con estudiantes dentro de la institución. 
  • Por expresar de manera pública a través de pancartas el nombre de un docente referido con adjetivos calificativos agresivos que manchan el buen nombre de las personas (…)”. 

Además, Pérez anexa como evidencia una foto tomada de la bandera, en la que comenta que se observa un círculo y dentro de él, las 11 letras con el nombre del profesor aludido y la palabra acosador. La tela se extendió el 1 de septiembre de 2022, a las 12:45.

En el expediente consta una carta enviada por representantes estudiantiles de séptimo semestre, de los paralelos “C, D y E”. El 5 de septiembre del 2022 se dirigieron al Decano de la Facso, manifestando su apoyo a la Iniciativa Johanna. Dijeron que recordaba a la víctima de femicidio y esperaban que incentivara a mujeres víctimas de acoso y de cualquier tipo de violencia que se sufre en las aulas, a expresar su sentir sobre las malas prácticas que viven en la facultad. Y adjuntaron firmas de apoyo.

En el expediente también se lee el descargo del profesor Arturo Estrella. Él envía fotos de toda la campaña. Y sostiene que su función no es disponer, sugerir ni censurar mensajes ni pensar por las y los estudiantes, personas que tienen sus propias ideas y sistemas de valores. Su idea, dice, fue generar libertad de expresión en el marco de las malas prácticas de violencia, acoso y discriminación que lastimosamente siguen siendo usuales en la entidad.

Además, recalca que no puede ser responsable de los mensajes de la bandera, tomando en cuenta que son registrados por estudiantes de diferentes cursos, dentro y fuera de Facso. Por lo que el docente que lo acusa no puede presentar prueba alguna de una supuesta mala intención de su parte en la campaña.

El Comité de Ética pasó el caso a la Comisión de Asuntos Disciplinarios. La Universidad Central contestó a La Periódica señalando que existen varias instancias en las que se debe seguir el debido proceso tanto de denuncias, como de sanciones.  

La Central, dijeron, cuenta con una Dirección de Bienestar Universitario, un Comité de Ética, una Comisión Especial de Asuntos Disciplinarios, conformadas por profesionales de diferentes especialidades, “con total imparcialidad en la actuación procedimental correcta que dicta la normativa institucional para acceder a dichas instancias, con las evidencias que corresponden”. 

Asimismo se especificó que el reglamento universitario señala que no todos los casos deben ser puestos a consideración del rector Fernando Sempértegui, pues el Comité de Ética tiene atribución para recibir denuncias sobre conductas inapropiadas. En este caso, dicho comité recibió la denuncia y consideró que debía ser trasladada a la Comisión Especial de Asuntos Disciplinarios (CEAD), como falta grave.  

“En la Universidad Central del Ecuador hay plena libertad para denunciar actos indebidos de profesores o de estudiantes.  Especial prioridad tienen las denuncias sobre acoso sexual, que la normativa universitaria las considera muy graves”, dijo.

Y también que son investigadas en la CEAD. Su informe debe ser conocido por el Honorable Consejo Universitario, formado por los decanos, representantes estudiantiles y trabajadores, y presidido por el rector. Y decide.

Plantón en apoyo al profesor Estrella durante el desarrollo de la audiencia del CEAD. 14 de febrero de 2023, Quito. Foto: Tamia Maldonado.

El 14 de febrero de 2023 se desarrolló la audiencia del CEAD, para tratar la acusación en contra del profesor Arturo Estrella. En la avenida América, frente al edificio en donde se desarrolló el proceso, con testigos, acusado y acusador, se vio a estudiantes, que dijeron ser parte de la Coalición Feminista Universitaria. También estuvieron ex estudiantes de Estrella. 

Ljubica Fuentes, coordinadora de la Coalición Feminista Universitaria, explicó que acompañaron el proceso con un plantón pacífico porque les parecíá que no era justo y que se le afectaba en su libertad de cátedra.

El profesor Estrella —anotó— fue llamado a pedir disculpas públicas porque en esta acción (Iniciativa Johanna), un o una estudiante decidió identificar el nombre de alguien que pudiera ser acosador, en la tela. Le levantaron un proceso disciplinario. 

“Hemos convocado a sus estudiantes para evidenciar como la libertad de cátedra nunca juega a nuestro favor, se encubre acoso sexual y violencia, cuando un docente se atreve a tener enfoque de género. Si la CEAD decide recomendar una sanción, ningún otro profesor trabajará con el enfoque de género y será un gran retroceso para nuestro derecho a una educación libre de violencia”.

Mientras, Ljubica Fuentes era entrevistada, algunas estudiantes repetían proclamas a través de un megáfono. Las mismas se leían en carteles: “Si persiguen a los profes que nos apoyan, ¿por qué no sancionan a los que nos acosan?”. Otros más decían sobre hojas y cartulinas: “La libertad de cátedra protege a los acosadores y no a los que denuncian”. “Vengo a estudiar, no a que me acosen”. “Consentir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen”.

María Paz Verdezoto, de octavo semestre, fue estudiante de Estrella el semestre pasado. Acudió al plantón de apoyo. Relató que la causa detrás de la campaña Iniciativa Johanna fue concientizar sobre la violencia contra la mujer. “Hubo una víctima de femicidio de la Facso, pero ahora se ha tergiversado todo”.

Ella siente, según dijo a La Periódica, que la universidad no hace mucho contra la violencia de género. “Los procesos favorecen a los agresores y no a las víctimas, pareciera que los estudiantes somos los que menos importamos no solo en este tema. Hay protocolos, pero son sesgados”.

En estos días, algunos estudiantes han comentado sobre el profesor aludido, que su nombre no solo ha aparecido en el telón sino en un muro de la facultad. ¿Hay más denuncias contra él? Verdezoto contestó: “se escuchan cosas, pero pruebas pruebas no se tienen. No hay algo contundente”.

La Periódica no conoce si el Decanato de la Facso, el CEAD o el Rectorado están investigando las razones por las que alguien escribió esa palabra, acusando de acoso a un profesor.

A la Universidad Central se le preguntó si se ha investigado sobre una serie de mensajes de WhatsApp, cartas y un cuadro, enviado por otro docente de la Facso a una estudiante. A través de ellos le declara su interés sentimental. La respuesta fue que la denuncia fue recibida por el rector y enviada a la CEAD como presunta falta muy grave.  

“Durante el proceso la denunciante retiró la denuncia. Toda denuncia es examinada en la instancia correspondiente, las que se refieren a faltas muy graves deben ser examinadas por el rector y trasladadas a la mencionada comisión para el debido proceso”. 

Además, se pide a La Periódica, revisar “de forma imparcial y completa la actuación en todos los espacios universitarios para mirar cómo se ha brindado apoyo y seguimiento, no solo a estudiantes, sino también a las familias de los afectados por la violencia dentro y fuera del escenario académico, pues el maltrato tiene su origen principalmente en el seno familiar”. También apuntan que fue la primera universidad reconocida por el CES por tener un protocolo de respuesta contra la violencia de género. 

El 14 de febrero, la profesora de la Facso, Milena Almeida, dio su testimonio sobre el caso. Al ingresar a la audiencia señaló que en universidades como la UNAM, de México, se han escrito frases en telones. Le llama la atención que las 11 letras, que vinculan a un profesor con la palabra acosador, no hayan llevado a desarrollar acciones contra la violencia.

“Aquí los pájaros van contra las escopetas. Un profesor se siente agredido y desarrolla estas acciones. Esperamos que tenga un feliz término y no se sancione a quien propicia acciones para la prevención. Es importante escuchar a las estudiantes que escriben en buzones o en una tela”.

Al docente Estrella le preocupaba que el CEAD lo suspendiera por 18 meses, sin una prueba contundente de que hizo que alguien llamara acosador a otro profesor, en un telón lila que circuló por toda la Universidad Central. Tres de sus alumnas fueron llamadas a declarar. El viernes 3 de marzo, le notificaron que fue absuelto, ya que el acusador se acogió al silencio en la audiencia y no presentó pruebas. Pero la resolución deberá ser ratificada por el Honorable Consejo Universitario. Mientras, las estudiantes de la Coalición Feminista están preocupadas porque se dejó de hablar de la Iniciativa Johanna, de la prevención del femicidio, de cómo denunciar el acoso…

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Autoras

Mariela Rosero Changuán

Mariela Rosero Changuán. Periodista desde hace 23 años. Me concentro en los temas sociales, con enfoque de derechos. Necesito escribir, más que comer; y abrazar a mi hijo, mucho más que respirar. Mi escuela fue EL COMERCIO.