Azulinaciones de Natasha Salguero es una novela cuya clave de lectura son los afectos. Graciela, la protagonista, se siente afectada por todo lo que la rodea: sus amigos, sus amores, desamores y sobre todo el devenir mujer en una ciudad de los años setenta. Su tránsito por las calles se convierte en un tránsito por su cuerpo como un territorio geográfico. De ahí que la experimentación tanto de los protagonistas como de las formas de escritura y la estructura de la novela son llevadas hasta el límite. La novela es un cuerpo fragmentado cuyo cable a tierra es Graciela.
La lectura de Azulinaciones, sus múltiples registros (ensayo, poesía, guion radiofónico, teatral) y la coba local quiteña me llevan a leerla con dos imágenes. La primera es la del Angelus Novus, pintura de Paul Klee, desde la imagen de Walter Benjamin en las Tesis de la Filosofía de la Historia. Este ángel tiene la mirada clavada en el pasado, pero sus alas abiertas, en pose de vuelo, hacia el futuro. La novela fue escrita en los años ochenta con la mirada en la juventud setentera y sus peculiaridades musicales, literarias y de experiencias profundas. También de los levantamientos indígenas, la militancia de izquierdas y la eclosión social. Salguero mira de frente ese pasado violento y nos entrega una escritura que renuncia a toda heroicidad y sobriedad. Abre las alas hacia el porvenir, hacia el lugar de enunciación de lo cotidiano, con el testimonio de una primera persona que no pacta con los grandes relatos. Graciela se entrega a la vida desde la memoria de su cuerpo y Natasha pasa a formar parte de esa literatura que ilumina a las que vendrán.De ahí, justamente, viene la segunda imagen. Alicia Ortega, profesora de la cátedra de Novela ecuatoriana en la Universidad Andina Simón Bolívar, no solo que me presentó la novela en clase, sino que creó la bellísima imagen de la mirada bizca en su reciente libro Estancias, “miro con un ojo lo que tengo directo frente a mí y con el otro, hacia adentro y hacia atrás”. Graciela, así como Alicia, transitan la vida con la voluntad de testimoniar lo que las rodea y cómo esto las afecta. El testimonio es personal y está liberado de cualquier acontecimiento heroico. Azulinaciones ilumina, con las alas abiertas hacia el futuro, el camino de la escritura de mujeres, forma parte fundamental del tejido de escrituras que intentan sacar toda posibilidad de grandilocuencia de la literatura nacional y problematiza los lugares de enunciación de lo literario, la militancia y el deseo sexual desde una clara conciencia de habitar el mundo desde un cuerpo femenino.
Azulinaciones ganó el premio Aurelio Espinoza Pólit de novela en el año 1989. Es la primera y la única mujer que ha ganado este galardón en esta categoría y con un seudónimo masculino. Es curioso que en el siglo XX las escritoras se viesen obligadas a utilizar seudónimos masculinos y en la actualidad los hombres usen seudónimos femeninos para ganar concursos. Tuvo dos ediciones, la primera con la Universidad Católica, institución que otorga el premio, y la segunda con Abrapalabra. Hoy contamos con una tercera edición que realizó la Dirección de Publicaciones de la Casa de las Culturas. La pueden encontrar en la Feria Internacional del Libro de Quito que se llevará a cabo en el Centro Cultural Metropolitano a partir del jueves 15 hasta el 22 de diciembre desde las 12:00 hasta las 20:00 en el stand número 8 de Librería Cosmonauta en el pabellón de librerías del tercer piso.
Bibliografía
Benjamin. W. (2013). Tesis sobre la historia y otros fragmentos. Bogotá: Ediciones Desde abajo.
Ortega, A. (2022). Estancias. Quito: Severo editorial.
