Fiebre de carnaval: el “desvarío” oscuro y gozoso de Yuliana Ortiz Ruano
¿Cómo es sentir la vida de una manera tan intensa, como una ebullición continua y palpitante y no poder decirlo, aunque ya se posea un lenguaje? Ainhoa, una pequeña niña esmeraldeña, no encuentra la respuesta y quizá tampoco la busca; vive su presente en efervescencia y, siempre, en las señas de su origen: pasa sus días con su familia amplia (sobre todo ‘el ñañerío’, sus tías), en su barrio y la rodea una oralidad (lenguaje popular esmeraldeño entrelazado con la banda sonora de sus días) que, todo junto, construye un mundo propio.
Esa niña, nacida en la isla de Limones y rodeada de la flora...