Skip to main content
Elsie Monge en la sala de su departamento en Quito. Marzo de 2022. Foto: Karen Toro A.
| Gabriela Toro Aguilar

Diez voces jóvenes contra las violencias machistas

Entre consignas que ya son clásicas (“Ni una menos, vivas nos queremos”), consignas contra la violación (“verga violadora a la licuadora”) y contra todo tipo de violencia machista, miles de personas se convocaron el sábado 25 de noviembre a la segunda Marcha nacional contra el feminicidio y contra las violencias machistas y marcharon entre la Plaza de Santo Domingo (Centro Histórico de Quito) y el Parque El Arbolito. Fueron mujeres y hombres de organizaciones sociales, de familiares sobrevivientes de feminicidio, padres y madres de familia con sus hijas e hijos, contra el abuso sexual infantil, lesbianas, gays, trans, bisexuales, queer, jóvenes de las culturas urbanas, y colectivas feministas.

La Periódica recogió las palabras de 10 mujeres y hombres jóvenes de entre 18 a 25 años. Les preguntamos por qué fueron a la marcha y por qué creen necesario luchar contra las violencias machistas. 

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Leslie Moromenacho tiene 19 años y es familiar sobreviviente del feminicidio a Paola Elizabeth Moromenacho Changoluisa.

Estoy aquí porque quiero apoyar a todas las familias que han perdido a mujeres, como mi tía. Vengo acá para desahogarme, para gritar todo lo que no puedo decir al frente de los fiscales. Para apoyarnos entre todas y todos.

Creo importante luchar porque las instituciones no hacen nada y sino hay personas que no estén unidas pidiendo justicia por las mujeres que han asesinadas no nos van a escuchar. Porque si estamos entre pocos nunca van a parar los femicidios.

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Fabio Legarda tiene 18 años.

Estoy aquí para apoyar a la Plataforma de mujeres caminando hacia la igualdad y para tratar de erradicar el femicidio.

Siempre se ha pensado que el hombre es el que manda pero en realidad, ahora, la igualdad de género permite que hombres y mujeres puedan ejercer los mismos derechos.

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Nicole González tiene 22 años y forma parte de la Coordinadora Nacional de Mujeres Negras.

Vine porque el femicidio es una problemática que, a nivel mundial y en este caso del Ecuador, no se toma en cuenta porque precisamente somos mujeres y en mi organización, para colmo, por decirlo así, negras. Se cree que somos menos o que nuestra vida vale menos. Eestoy aquí para que se den cuenta que no somos menos, que igual somos seres humanos y podemos gritar y alzar la voz por nuestros derechos, para que se cumplan. Para que no haya más femicidios y, sobre todo, para que vean que somos iguales, porque merecemos el mismo respeto y derechos de todas las otras personas.

Creo que es importante denunciar y luchar contra cualquier tipo de violencia, sobre todo con la machista porque al menos en nuestra sociedad es muy común la violencia contra lo femenino y las mujeres, por el hecho de creer que las mujeres solo sirven para estar en casa, que no pueden trabajar. Muchos de los femicidios se dan porque el hombre es machista y cree que la mujer debe pasar encerrada en su casa cuidando a los niños y no es así. No tienen que tratarnos menos solo por el hecho de menstruar o por tener los cromosomas XX, eso no tiene sentido. Estas marchas son muy importantes para que las mujeres nos empoderemos y también sepamos que no por tener un hijo hombre él no puede lavar un plato o no puede hacer las cosas de la casa.

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Cristian Quinapallo tiene 22 años y es del colectivo Rap Resistencia.

Estoy aquí porque se ven demasiados feminicidios y si se puede apoyar en algo, en esta marcha, por ejemplo, siento que aporto a la sociedad, tratando de cambiar algo y evidenciando lo que está pasando en la actualidad.

El patriarcado siempre ha estado muy arraigado a la sociedad, donde siempre tenemos que pedir primero permiso a un padre antes que a la madre. Luchar contra la violencia machista es importante porque en el campo se sufre mucho por el patriarcado y se desconoce esto. El patriarcado está en cada símbolo, en cada cosa, está en la familia y ya se debe terminar.

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Selena Guatemal tiene 21 años y forma parte de la Batucada Retumba La Prole.

Estamos acompañando a la agrupación Luna Roja para defender los derechos de las mujeres, porque hoy es el día internacional de la no violencia contra la mujer. Es una buena oportunidad para salir y mostrar que las mujeres debemos tener los mismos derechos que los hombres y que debemos reivindicar eso, porque estamos consientes de que aún no hay igualdad entre hombres y mujeres. Estamos aquí para concientizar y crear una sociedad más justa.

En esta sociedad no tenemos equidad entre hombres y mujeres y es necesario que las mujeres reivindiquemos nuestros derechos, no solo desde nuestras casas o nuestras labores cotidianas, sino también en las calles, protestando, mostrando indignación ante casos de violencia, femicidio, y machismo en las en cualquier situación que vivimos a diario.

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Salomé Torres tiene 23 años.

Me di cuenta que tengo todas las razones para estar aquí. Este es un país súper machista y estoy harta de caminar por las calles y no poder estar segura o no poder caminar sola, que siempre tienes que estar acompañada, y si quieres estar segura tienes que estar acompañada de un hombre.

La violencia machista es un problema súper grande que tenemos en Ecuador.

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Sofía Torres tiene 25 años.

Estoy aquí porque soy feminista y porque creo que es importante visibilizar la indignación de la gente ante la gran cantidad de femicidios y muchísimas más expresiones de la violencia patriarcal. Hay un machismo sistemático en nuestro país que se expresa en todas las instituciones pasando por la Iglesia y la misma familia.

La violencia machista afecta a todos los aspectos de la vida de las personas, yo como mujer la siento desde la educación, no hay igualdad, tampoco en el trabajo. Como decía mi hermana, no poder ni siquiera salir a la calle y estar tranquila afecta a todos los aspectos de mi vida y creo que ya es tiempo de que eso cambie.

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Cristina Cabrera tiene 22 años.

Creo que las mujeres juntas somos más fuerza. A la final, escuchar que cada 55 horas una mujer muere asesinada violentamente es un impacto, porque no es solo la mujer que murió, somos todas. Vine porque soy fiel creedora del empoderamiento de la ciudadanía, de venir y luchar por lo que una cree, de luchar por la libertad.

Para mí es importante estar aquí presente y hacerse preguntas de fondo, “a ver, qué está pasando, por qué la gente llega a esos niveles, por qué se pierde la empatía hacia la otra persona”.

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Nicole Santana tiene 19 años.

Estoy aquí para dar un grito por las mujeres que ya se quedaron sin voz. Todos los días las mujeres nos enfrentamos a una lucha por el simple hecho de ser mujer, hay veces que nos cierran oportunidades, igual, por ser mujeres. Existen un montón de feminicidios, y eso ya no puede seguir pasando. Es algo indigno que no nos den oportunidades y que ignoren todos los casos que tienen que ver con nosotras.

La violencia machista ya no tiene que existir. Los hombres no tienen derecho de tocarnos, de ponernos una mano encima sin nuestro consentimiento. No pueden seguir quitándonos derechos para que los hombres se sientan superiores.

Foto de Miro Aguilar Villamarín

Cristina Alarcón tiene 20 años.

Como la mayoría, vengo en contra de la violencia machista, para dar a conocer mi disgusto sobre cómo somos tratadas, cómo somos reprimidas, cómo somos asesinadas diariamente. No podemos quedarnos calladas, necesitamos organizarnos y luchar.

Es necesario luchar contra la violencia machista para poder vivir en un estado de armonía, para buscar la igualdad. Hay compañeros que piensan que luchamos solo por nosotras y en realidad no, el patriarcado también afecta a los hombres y los puede matar, así lo sentimos algunas personas con el asesinato de Samuel Chambers.

Compartir

Autoras

Gabriela Toro Aguilar

Apasionada de la locura de la vida. Antes que nada prefiere observar, escuchar y leer. Periodista, correctora de texto y estilo y encuadernadora artesanal. Actualmente es becaria de la maestría en literatura hispanoamericana de El Colegio de San Luis (México).