#ParoNacional2025
Foto: David Diaz Arcos
Intervención: María José Mesías – Pepa ilustradora
Yo soy Efraín Fuérez, José Guamán Izama, Rosa Paqui,
José Rafael Lanchimba, Bryan Caiza Calapi, Inti Pakari Córdoba,
Franklin Flores Quinatoa, Francisco Cabascango, Rumiñahui Cachimuel,
Sara Vera Cushcagua, Jefferson Gómez Morocho, Richard Castañeda,
Humberto Yupa Guamán, Saire Cachiguango Pujota, Jaime Guamán Guaraca,
Byron Otavalo, Luis Alberto Zimbaña, Pedro Castañeda,
Edison Muenala, César Pilamunga Cushcagua, Gregorio Aguinda,
Emiliano Lanchimba Araque, Braulio Morales Farinango, Alexis Pilamunga.
Nací y viví en Cachiviro, Moraspungo, Saraguro.
Nieblí. Sí, mucho agonicé en Cotacachi,
en San Miguel del Común, La Esperanza, Peguche, Otavalo.
Sudor de sangre tuve en Montserrat, Cercado, Pijal,
en Morocho, Atuntaqui, San Pedro, Toglla,
en Ibarra, Ilumán, Carabuela.
Padecí todo el Cristo de mi raza en Quinchuquí, Ayora, Topo,
en Llano Grande y Calderón.
A mí, tam. A Kowi Chalampuente tam. A Franklin Pichasaca tam.
A Daniel Farinango tam. A Samy Campo tam. A José Luis Mediavilla tam.
A Cristian Castañeda tam. A Germán Pachacana tam. A María Ana Chimbo tam.
A Wilmer Flores tam. A Enrique Morete tam. A Rubén Tabango tam.
En Cotacachi nos trasquilaron la cabeza
Y en San Roque fueron encontradas más tarde nuestras trenzas.
Oh, Pachamama, señora del Universo,
Abrázanos con tu sonrisa.
Generales, soldados, ministros, policías
llegan en convoyes de la muerte cargados de bombas, granadas y armas.
Nos persiguen, nos dan bala, nos gasean, nos desalojan,
nos desaparecen, nos agreden, nos matan.
Quieren arrancarnos nuestras tierras.
Somos comuneras, campesinos, albañiles, artesanas,
artistas, comunicadores, guardias indígenas, estudiantes.
Somos mindalaes.
Acosan TV MICC,
suspenden la señal de Radio Ilumán y Radio Inti Pacha.
Oh, Pachacámac, Señor del Infinito,
Tú que manchas el Sol entre los muertos.
El poema Boletín y elegía de las mitas (1958), de César Dávila Andrade, está presente como sustrato y latencia en el texto con el que abro este escrito. Me he montado en sus versos y he reemplazado los nombres propios del original con los nombres de las personas indígenas asesinadas, heridas y arbitrariamente detenidas, en el contexto del paro nacional 2025 en Ecuador, así como también he sustituido los topónimos elegidos por Dávila con los nombres de comunas y poblaciones donde el Estado ha cometido crímenes de lesa humanidad. Boletín y elegía de las mitas es un poema que nos estremece profundamente. Imposible no dejarnos afectar cuando de un cuerpo vejado se trata. Sobre todo, cuando el referente es un cuerpo indígena articulado a un pasado colonial. Y es que la mayoría se conmueve cuando lo indígena remite a un resto arqueológico, a una pieza de museo, a un emblema patrimonial, a un referente histórico, a lo artesanal y lo folclórico. ¿Qué pasa cuando ese colectivo humano se transforma en sujeto político y enfrenta en legítimo acto de resistencia la violencia de Estado en defensa de la vida y de sus territorios? ¿Lo convierte eso en terrorista? NO, mil veces NO. Este colectivo humano no se limita a implorar la protección a Pachacámac ni solo a llorar coronado con el sol. Levantan la voz, desde sus tierras, contra las medidas económicas y políticas extractivas, contra el racismo y el clasismo estructural, contra el terrorismo estatal, en defensa de sus derechos.
Leamos la sexta estrofa del poema de Dávila Andrade. Lo cito literalmente:
Y de tanto dolor, a siete cielos,
Por sesenta soles, Oh, Pachacámac,
Mujer pariendo mi hijo, le torcí los brazos.
Ella, dulce ya de tanto aborto, dijo:
“Quiebra maqui de guagua; no quiero que sirva
Que sirva de mitayo a Viracochas.”
Quebré
Fue Karina Marín quien me dio pautas para detenerme en este párrafo. En su libro Cuerpos exhumados. Desfiguraciones de la nación en la literatura ecuatoriana (2022), Karina nos invita a sostener la mirada en imágenes literarias de cuerpos que “nos sobrecojan y nos interpelen”. Con respecto al párrafo arriba citado, Karina nos propone observar el detalle que la acción del verbo, quiebra, y las dos palabras en quichua, maqui y guagua, habilitan. En el poema aparece un cuerpo que se quiebra para no servir de mitayo a Viracochas. Cito a Karina: “No es un cuerpo para las mitas ni tampoco para la nación. No tenemos más noticias de él, como sí tenemos de los otros cuerpos que aparecen en el poema: casi todos trabajan, tienen hambre, obedecen, sufren, ruegan”. Es decir, en estos versos late una voluntad de resistencia. Aparece un cuerpo que se quiebra para sobrevivir, para “contar la historia en otra dirección”, dice Karina. En resonancia con estas imágenes y reflexiones, cabe pensar que al poder le causa espanto cuando el cuerpo indígena se sitúa por fuera de la retórica colonial de sumisión y nos interpela desde la posibilidad de otros lenguajes. ¿Por qué le cuesta tanto al país asumir a las personas indígenas como sujetos políticos que, además, nos dan peleando?
"Voces desde el Paro Nacional” es un especial en colaboración entre:


Con el apoyo de:


Autoras
Alicia Ortega Caicedo
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alicia.ortega@uasb.edu.ec
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