Segundo Angulo murió exigiendo justicia
Fotografía de portada: Evento de disculpas públicas del estado ecuatoriano a víctimas de Furukawa.
Quito, 31 de mayo de 2025. Foto: Juan Manuel Ruales
En Ecuador, la esclavización no es una cosa del pasado; es la realidad cruel y violenta que sigue cobrando vidas como la de Segundo Angulo que falleció el 07 de septiembre.
La muerte de Segundo Angulo, quien luchó junto a sus compañeros y compañeras por verdad, justicia, reparación y dignidad no es un mero hecho “natural”. Su partida es resultado de la impunidad y la indolencia de un Estado, una empresa y una sociedad que permitió por más de 50 años el horror de la esclavización sostenida por el racismo y las profundas desigualdades estructurales.
¿Reparación? ¿en 98 años y tres meses? Así es la vergonzosa propuesta por parte de la empresa Furukawa que roza lo sádico y lo perverso. La empresa abacalera pretende saldar la deuda que tiene pendiente con las familias en un siglo, como si décadas de esclavización no hubiese sido suficiente, como si la violencia que les atravesó el cuerpo no fue ya demasiado.
¿Acaso las vidas, los derechos y la dignidad de las familias abacaleras es una hipoteca a pagar en cuotas miserables y para toda la vida? ¿Qué reparación puede existir para quien murió a la espera de un pedazo de tierra como reparación? ¿Cómo se repara realmente décadas de explotación, violencia y esclavización? La propuesta de reparación de Furukawa, al igual que su prácticas esclavistas, es también una segunda condena de muerte administrada por sus abogados, sus representantes y el Estado que hace caso omiso a tal atrocidad.
Segundo Angulo, al igual que Petronilo Quintero, Claudio Mora, Rosa Vega, Ramón García y Gerardo Borja murieron luchando y esperando justicia, reparación y dignidad.
Las disculpas no bastan, son insuficientes cuando hay de por medio vidas que se agotan. Y aquí vuelvo a las palabras de Susana Quiñones, sobreviviente de esclavización, durante el evento de disculpas públicas llevadas a cabo el pasado 31 de mayo del 2025 en la Plaza Grande en Quito: “Queremos justicia y reparación, pero que sea ya, nos estamos muriendo”. Hoy, las palabras de Susana vuelven a retumbar con fuerza.
Aunque la Corte Constitucional falló a favor de las familias abacaleras, ellas aún esperan el cumplimiento del dictamen. Una espera que se vuelve lenta, áspera y desgastante. Frente a ello, es importante continuar nombrando las atrocidades que Furukawa cometió en contra de las y los trabajadoras, el racismo y la deshumanización que se usaron por décadas como mecanismos de acumulación.
La esclavización no es una cosa del pasado, es el presente que se viste de impunidad y deja morir a las víctimas en la indignidad. La Corte Constitucional debe actuar y hacer lo que le corresponde, las familias no pueden ni merecen seguir siendo vulneradas y condenadas al olvido. Furukawa debe pagar su deuda y el Estado ecuatoriano debe garantizar la no repetición.
¡Furukawa Nunca Más!
Autoras

Mishell Mantuano Cabezas
-
mishell@laperiodica.net
-
@MishellMantuan2