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Módulo 2: Periodismo Narrativo

Les damos la bienvenida a es este segundo módulo, donde abordaremos elementos que faciliten la escritura creativa y la narración de historias desde una perspectiva feminista.

El módulo está diseñado para que puedas avanzar en los contenidos y ejercicios semana a semana; durante este proceso se desarrollará una videoconferencia y un taller, para la videoconferencia cuentas con material a revisar previamente (revisar el ítem videoconferencia 1) y para el taller debes tomar un turno y participar durante una hora de la retroalimentación a tu tema.

Tutoras:

Tachi Arriola
Gabriela Toro Aguilar

Metodología

Tachi Arriola será quien acompañará el proceso y responderá a tus dudas e inquietudes a través de su correo electrónico tachi@radialistas.net

Gabriela Toro acompañará las dos videoconferencias que se desarrollarán durante el módulo. En la primera conversaremos sobre los dilemas, problemas y conflictos en el oficio periodístico. En la segunda haremos un taller virtual con los avances de nuestros textos, no necesariamente saldrán cosas de la primera videoconferencia, pero será un espacio para escuchar dudas y comentarios, y recibirán una retroalimentación de las tutoras, así como de sus compañerxs de la escuela.

Fechas clave:

  • 12 de febrero: Videoconferencia 1 – conversaremos sobre los dilemas,
    problemas y conflictos en el oficio periodístico, en el horario de 18h00 a 20h00.
  • 26 de febrero: Videoconferencia 2 – taller virtual con los avances de nuestros textos. En este pad coloca tu nombre en el horario de tu elección. El 1er turno es para 12 personas y el 2do para 11 personas.
  • Link a las videoconferencias: https://meet.jit.si/EscuelaFeministaLaOrtiga
  • 1 de marzo: Fecha límite para enviar las actividades.

Contenido y actividades

  • Primera semana – Escribir en clave feminista

    La narrativa, un género literario en sinergia con el periodismo en clave feminista.
    Había una vez…

    Hace mucho, muchísimo tiempo…

    En un país muy lejano sucedió que…

    Así empezaban los cuentos que nuestras abuelas nos hacían antes de dormir. Era la hora más esperada porque con su voz suave y cálida nos llevaba a tiempos y lugares jamás imaginados. Ella narraba y su pequeña audiencia la oía embelesada.

    Desde entonces, cuando escuchamos que alguien cuenta una historia, inmediatamente ponemos atención. Y ahí nos quedamos, como hipnotizadas, hasta saber qué pasó.

    Las mujeres han sido las grandes narradoras de la historia. Alrededor del fuego o cosiendo, ellas se contaban historias reales o imaginarias, hablaban de sus sentimientos y emociones, creaban relatos. Como dice la escritora española Irene Vallejo, “hay muchos términos en común entre los textos y los textiles: el nudo de la historia, el desenlace de la narración, el hilo del relato, bordar el discurso, urdir la trama…”.[i]

    También ella nos cuenta “que el primer texto de la historia, el más antiguo conocido con nombre propio, es decir, no anónimo, lo firma una mujer, una sacerdotisa acadia que vivió hace aproximadamente 4.300 años y que se llama Enheduanna”.[ii]

    Las mujeres indígenas, tanto de las tierras andinas como amazónicas, son las transmisoras de los saberes ancestrales y el idioma de sus pueblos. Ellas, que están más cerca de las niñas y niños, les enseñan los comportamientos sociales, la vida de sus líderes y la existencia de sus deidades a través de fábulas y cuentos.

    De forma oral o escrita, las mujeres hemos sido siempre narradoras. Llenas de imaginación, recreamos la vida para contar y transmitir nuestras vivencias, las individuales y las colectivas.

    Pero este no es un módulo académico para reflexionar acerca de las narrativas. Más bien, quiere ser un taller para que juntas entremos a las aguas profundamente creativas del periodismo narrativo, donde la literatura y el periodismo se dan la mano, se abrazan para ayudarnos a escribir feminismo. Nuestras producciones periodísticas se vestirán de lila, se teñirán de púrpura.

    [i] https://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/las-mujeres-en-la-historia-de-los-libros-un-paisaje-borrado-irene-vallejo/

    [ii] Los escritos de Enheduanna. https://alexsma2803.wordpress.com/2011/04/03/los-escritos-de-enheduanna-los-ms-antiguos-que-se-han-descubierto/

  • 1.1 El periodismo narrativo, un género literario en sinergia con el periodismo en clave feminista

    Cita de Gabriela Wienner

    [i]

    Narrar es relatar historias, acontecimientos, hechos o sucesos, reales o ficticios, situados en un lugar y en un momento determinado y con la participación de personajes reales o imaginarios. Las palabras abstractas, las que no se ven ni se huelen ni se saborean no sirven para contar  historias. Las palabras concretas, las que te emocionan, transmiten sensaciones y sentimientos son las que componen la narración. Pasar del discurso a la narración. De conceptos a emociones, sentimientos. Escribir sencillo, profundo y bello.

    Lo discursivo y lo narrativo. ¿Cuál es la diferencia entre la forma narrativa y la discursiva? En la primera, relatamos hechos, acontecimientos, contamos lo que ocurrió. En la segunda, exponemos ideas. Quien narra pasa de un hecho a otro, encadena sucesos concretos. El o la oradora, de una idea a otra, analizando y sintetizando conceptos. La narración va hacia delante, avanza con el tiempo, es cronológica. El discurso va hacia abajo, buscando profundidad, es lógico (a veces tanto, que uno se ahoga). No hay que hablar mal del discurso. (¡Esto mismo que estoy haciendo ahora, lo es!) Hay un tiempo para ambas formas, la narrativa y la expositiva. Pero en la competencia entre estas dos maneras de expresarse, la primera gana. Un mal relato aventaja a una buena ponencia. En cuestiones de memoria, pasa otro tanto: las narraciones se recuerdan más fácilmente, porque ocupan palabras materiales, porque dan cuenta de la vida. Las nociones y definiciones, las argumentaciones y teorizaciones, por más importantes que sean, se suelen disolver en la mente como pompas de jabón. Quien narra, gana. Quien sabe contar, tiene a su alrededor un montón de oyentes ávidos, esté con un grupo de amigos y amigas o en una cabina de radio.[ii]

    Periodismo es recoger información sobre un hecho para entregarla al público en diferentes formatos a través de los medios de comunicación.

    El periodismo narrativo es periodismo porque, aunque utilice diversas técnicas y distintos recursos, no inventa nada, porque en él está presente el compromiso de informar. Y es narrativo porque busca contar historias, hacerlas entretenidas para los lectores y con tal grado de profundidad que se conviertan en un reflejo de su época.[iii]

    Poner en escena un dato, un hecho de la realidad, y convertirlo en un episodio
    de la vida. Darle vida a un dato: eso es, básicamente, el Periodismo Narrativo.[iv]

    La narración periodística posee algunas características propias que la diferencian de la literatura. La literatura trabaja con hechos ficticios, mientras que el periodismo se ocupa de la realidad y tiene objetivos estéticos. El periodista está obligado a no comunicar a su público hechos ficticios. La narración ofrece la posibilidad de captar y dejar huella de las acciones humanas, a través de géneros como el reportaje, la crónica, la entrevista, como género en sí, el perfil y el testimonio.[v]

    Estas definiciones básicas nos servirán para situar el periodismo narrativo feminista. Vamos a contar historias, acontecimientos, testimonios desde los feminismos, en formato escrito, radial, visual, digital, gráfico, para entregarlo al público.

    ¿Cómo hacerlo?

    1. Definir nuestro público: ¿A quiénes quiero llegar? ¿A nuestro entorno feminista? ¿A quiénes están fuera? ¿A la población LGTBIQ+? ¿A qué rango de edades? ¿Población urbana o rural?

    Nosotras lo que hacemos es develar, ponernos en situación y eso, evidentemente, no va a conquistar a toda la población. En ese sentido, la comunicación feminista es muy disruptiva porque vino a plantear, vino a abortar la objetividad periodística de alguna manera. Hay que inventar estrategias, hay que insertarnos en las conversaciones cotidianas, especialmente de las mujeres. Poner de manifiesto los hilos del patriarcado, que es lo que hacemos las comunicadoras feministas, trae consigo el desprecio de ciertas audiencias que no están dispuestas a incorporar nuestra visión del mundo y me parece que es parte del juego de la comunicación. Celeste Farbman, periodista.

    Cuando escribimos una historia, cuando producimos mensajes para cualquier medio de comunicación, lo que más deseamos es llegar a la gente, que nos lean, que nos escuchen. Y que puedan entender lo que queremos decir, llegar a su corazón, a sus emociones y a su razón. No podremos hacerlo sino definimos perfectamente ese público.

    Dependerá de nuestro interés y objetivo político:

    • una revista dirigida únicamente a la población trans, tendrá su temática, lenguaje y estética muy específica.
    • una revista o un artículo dirigido solamente a un sector feminista, de igual manera.
    • un artículo dirigido a la juventud se preocupará de conocer los códigos juveniles y “hablar en su lenguaje”.
    • pero si nuestro objetivo es llegar al público mayoritario, pues habrá que contemplar temáticas más amplias, lenguaje más general, estética más “formal”. Habrá que investigar y buscar las mejores estrategias que nos permitan posicionar la agenda feminista.
    1. Las historias: ¿Qué quiero contar? ¿Qué historias creemos que merecen ser contadas? ¿Cómo las presentamos, cómo nos implicamos en ellas?

     El periodismo narrativo es subjetivo. Escribimos desde una identidad, desde un lugar de enunciación, somos feministas. Y los temas y los hechos escogidos, el título que elijamos, como lo vamos a contar, qué privilegiamos de la historia, a quiénes damos el protagonismo, van a definir nuestro relato. No es ficción, partimos de la realidad pero tendrá mucho de la mirada de quien escriba. Vamos a juntar la verdad del periodismo con la belleza de la literatura. Aunque, sabemos también que provocaremos incomodidad por decirlo en modo feminista.

    June Fernandez

    ¿Todas las historias merecen ser contadas? Pues no, en los medios de comunicación hay saturación de historias banales, con antimensajes, telenovelas que mantienen el sistema androcéntrico y patriarcal (mi nieto me pregunta: ¿por qué todas las telenovelas terminan en matrimonio?), programas que naturalizan las violencias y las discriminaciones.

    Pikara Magazine

    Desde los feminismos, con gafas violeta o con colores del arcoriris, le damos la vuelta a esta basura y proponemos un sinfín de temas que tienen como finalidad cambiar la sociedad. Un camino largo y difícil que emprendemos de muchas maneras y una de esas es la comunicación. Me gusta repetir que la comunicación es poder, decir la palabra con libertad, hacer presencia en los medios es un modo de existir socialmente y de hacer incidencia, de influir, de ayudar a analizar los hechos de distinta manera, sin discriminaciones ni exclusiones.

    ¿Sobre qué escribiremos?

    – Mujeres transexuales de la tercera edad.

    – La economía del cuidado y las hijas e hijos de las víctimas de feminicidio.

    – La “ola de ternura” de las mujeres violentadas hacia los machos violentadores.

    Continúen su propia lista. Recuerden que vamos a denunciar, dar datos para analizar, proponer caminos para una vida sin violencias. No nos quedaremos solo en la denuncia, que puede revictimizar, vamos también a pintar escenarios posibles y esperanzadores. Por ejemplo, ricos testimonios de vida de las mujeres diversas y las personas LGTBIQ+. Sobre cualquiera de estos temas estarán escribiendo durante el módulo para publicarse en La Periódica.

    Lectura recomendada (aunque es totalmente masculino, nos sirven las herramientas que desarrolla):  Taller de periodismo narrativo con Eloy Tomás Martínez.

    https://fundaciongabo.org/es/recursos/relatorias/taller-de-periodismo-narrativo

    Ejercicio 1¿Conoces este juego?  Te proponemos hacer un acróstico con tu nombre. Las palabras con que se arma tienen que relacionarse con  habilidades reconocidas por ti misma para escribir. Por ejemplo:

    Eva

    • Elegante
    • Visionaria
    • Analítica

    Luego, escribe un texto corto, de una página (500 palabras), sobre quién y cómo eres y por qué quieres escribir. Que en el texto se sientan las cualidades y capacidades que acabas de reconocerte.  Inicia con una pequeña anécdota y luego, explica sencilla e imaginativamente el por qué.

    Este texto será enviado a la tutora a fin de identificar el estilo de cada quién y cómo podrían mejorarlo.

    Tutora

    Tachi Arriola Iglesias tachi@radialistas.net

     



    [i] Gabriela Wiener https://www.bbc.com/mundo/noticias-48363032

    [ii] https://radialistas.net/narrar-es-el-arte/

    [iii] http://www.scielo.org.co/pdf/angr/v9n18/v9n18a04.pdf

    [iv] https://fundaciongabo.org/es/recursos/relatorias/taller-de-periodismo-narrativo

    [v] https://fundaciongabo.org/es/noticias/articulo/10-elementos-que-no-pueden-faltar-en-una-investigacion-periodistica-segun-daniel

  • Segunda semana – Las, los, les, @, x

    La narrativa, un género literario en sinergia con el periodismo en clave feminista.
    Y ahora que estamos juntas,

    Y ahora que sí nos ven,

    abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer…

    y ¡arriba el feminismo que va a vencer!

    Zoila Hipatia

    La historia del periodismo en Ecuador empieza a finales del siglo 18 con la publicación del primer periódico impreso, Primicias de la Cultura de Quito. Y aunque las mujeres tenían serias dificultades de acceder a la educación hasta principios del siglo 20, algunas se “infiltraron” en los periódicos para hablar de política y de sus derechos. Zoila Ugarte, Zarelia[iii], junto a Hipatia Cárdenas, Aspacia, lucharon por el derecho al voto y a la educación. Pero no sólo ellas, hay que recordar también a Manuela de la Santa Cruz y Espejo, Erophilia; a Lastenia Larriva de Llona y a Dolores Sucre, entre otras. Son nuestras maestras ecuatorianas de entre fines del siglo 18 y mediados del siglo 19.

    En los años 60, Nela Martínez fundó la revista Nuestra Palabra: Llega desde un silencio de siglos, desde la centenaria servidumbre, desde un dolor que nos pesa como parte de un pueblo sufrido, cuya carga aumenta cuando se es mujer. Tenemos que decir Nuestra Palabra para expresar un pensamiento: la liberación de la mujer tiene que ser obra de ella misma. Nuestra voz ha sido silenciada, desoída, vilipendiada.[1]

    En las décadas de los 70 y 80 las feministas irrumpieron masivamente a los medios de comunicación de toda América Latina, en columnas de «mujeres», de opinión, en revistas y suplementos, en medios alternativos, en la radio y la televisión. En Ecuador, La mansAAna, editado por Alexandra Ayala Ayala Marín, feminista y periodista, fue una propuesta, de circulación bimensual, producida por la editorial El Conejo y difundida con el Diario Hoy en la ciudad de Quito. El suplemento fue publicado durante: enero 1986 a enero 1987 y su objetivo fue abordar temas relacionados directa o indirectamente con las mujeres, desde una perspectiva feminista, lo que implicó dejar de tratar lo considerado como «femenino» para tratar de abrirle todas las posibilidades temáticas para su información y análisis.

    Buscaba romper esquemas tradicionales sobre y desde las mujeres, además de cambiar el concepto de lo privado como espacio exclusivo de las mujeres. Esta publicación fue una de las primeras de circulación con un medio masivo en América Latina. Los temas abordados fueron diversos: mujeres y política, la maternidad como función social, el concepto de amor romántico, violencia de género contra las mujeres, la prostitución y los problemas sociales, las ciudades y las mujeres, las mujeres en la conquista y otros temas más, que constituían el reportaje central. Se publicaron 24 ediciones. Cada edición traía una entrevista a una mujer protagonista de profesiones, artes u oficios; el perfil biográfico de una mujer histórica; sección de cartas e informaciones varias, además de un horóscopo realizado por dos astrologas ecuatorianas, no comerciales y una tira cómica titulada Ana, igualmente realizada por dos ecuatorianas en dos periodos distintos.

    María Moreno, una de las cronistas argentinas más reconocidas, fue fundadora del suplemento “Mujer” del periódico Tiempo argentino y el año 1984 creó la revista Alfonsina, la primera revista feminista argentina tras el retorno de la democracia. Además, fundó el primer periódico travesti latinoamericano, El Teje.

    En el 2001 Raquel Rodas, historiadora feminista ecuatoriana, fundó La Caracola, una revista impresa: Constituye una alternativa de formación feminista que rompe la hegemonía del enfoque de género introducido por las agencias de desarrollo y del feminismo de la igualdad que sustenta las débiles intervenciones del Estado ecuatoriano, afirmaba su fundadora y directora.

    En el 2004 encontramos una página digital distribuida por correo electrónico, El Ágora de las Mujeres. Feministas, lideradas por María Cuvi, produjeron esta serie de 22 páginas virtuales como reacción al machismo estatal.[iv]

    En la actualidad, el internet ha favorecido la aparición de blogs, revistas, podcast, radios on line. Las feministas y personas LGTBIQ+ aprovechan la facilidad de su uso y su gratuidad, además de la libertad para poder expresar ideas y propuestas. La Periódica es la primera revista digital de periodismo feminista en Ecuador.

    Construir la genealogía de las periodistas feministas ecuatorianas es una tarea pendiente. Han sido y somos muchas quienes hacemos de la palabra escrita, hablada o digital, un instrumento para denunciar las inequidades, luchar y soñar con un mundo en que el patriarcado sea solo una mancha en la historia de la humanidad.



    [i] Zoila Ugarte de Landívar. Patriota y Republicana. Raquel Rodas. 2010. Pág. 51

    [ii] https://unae.edu.ec/wp-content/uploads/2020/03/YoSiempreHeSidoNelaMartinez.pdf

    [iii] https://wambra.ec/zoila-ugarte-un-periodismo-por-ellas-para-ellas/

    [iv] https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-026X2004000300010

  • 2.1 Comunicación feminista, diversa y contrahegemónica

    El periodismo feminista ha sido la vocería de las distintas corrientes del feminismo. En los años 60, 70 y 80, la llamada Tercera Ola del feminismo buscaba la liberación y el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Se pretendía erradicar la visión de las mujeres como estereotipo sexual en los medios de comunicación, el arte y la publicidad. Su agenda incluyó el aborto, la prostitución, la pornografía, las relaciones de poder en la sexualidad. Una de las corrientes que más tuvo presencia en la década de los 70 y, especialmente, en la década de los 80, fue el feminismo lésbico.[i]

    Durante esas tres décadas plenas de luchas sociales, la comunicación feminista se anclaba en la perspectiva de género.

    ¿Qué significa género? ¿Por qué hay más hombres que mujeres en los medios de comunicación? ¿Cómo nos presentan en la publicidad? Había que analizar las imágenes de las mujeres en los medios, transformar los mensajes discriminatorios en otros nuevos, equitativos, democráticos. Descubrir cómo la sociedad nos ha formado hombres y mujeres con características y valoraciones distintas. Y cómo estas características se transmiten por los medios de comunicación, convirtiéndolos en el primer espacio de construcción de identidades.[ii]

    El 2005, en Morelia, México, se formó la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género como un espacio para promover el periodismo con esa perspectiva. Actualmente la integran periodistas feministas de 35 países. Algunos de sus objetivos son:

    • Visibilizar las desigualdades de género en los medios de comunicación de los países miembros de esta red.
    • Fomentar que las mujeres periodistas asuman cargos directivos en los medios.
    • Promover modelos de capacitación y actualización en materia de género y tecnologías, aprovechando las especializaciones de las integrantes de la red.
    • Colocar el tema de género en las agendas informativas de los países que conformen la red.
    • Promover el uso de lenguajes no sexistas ni excluyentes.
    • Priorizar a las mujeres como fuentes de información.

    En los años 90, más de 200 comunicadoras de radios comunitarias se agruparon en la Red de Mujeres de América Latina y Caribe de AMARC, Asociación Mundial de Radios Comunitarias. Incorporaron la perspectiva de género en su trabajo comunicacional.  Y hablaban de radio y género:

    • Porque hacer radio con enfoque de género es hablar de las mujeres resaltando su protagonismo social y promoviendo su identidad como sujetas de derechos y deberes, así como posibilitar la palabra pública de las mujeres, como un medio de empoderamiento y de construcción de su ciudadanía.
    • Para combatir el sexismo y las desigualdades sociales, para modificar las relaciones inequitativas que existen entre hombres y mujeres. Esto tiene que ver con el lenguaje masculinizado, pero también con la cultura y todos sus prejuicios que se transmiten a través de los medios.
    • Para ampliar nuestros horizontes comunicacionales y ser mediadoras y facilitadoras de la palabra de otros sectores de la sociedad: indígenas, hombres y mujeres de la tercera edad, lesbianas y gays, negras y negros, discapacitados y discapacitadas, niños y niñas, jóvenes, todos aquellos a quienes de una u otra forma se les ha negado históricamente el derecho a la comunicación.
    • Para dar presencia igualitaria a mujeres y hombres como protagonistas de la noticia. Las mujeres aún son ignoradas dentro de los noticieros, se pasa por alto cuando tienen un rol protagónico o se deforman los modos de su participación.

    El feminismo era una palabra que concitaba rechazo en las audiencias latinoamericanas, pero nuestros temas y mirada se alimentaban del mismo. La perspectiva de género era un gran avance para la lucha de las mujeres.

    ¿Cómo se da el paso del periodismo con perspectiva de género al periodismo feminista?

     En el artículo «De la perspectiva de género al periodismo feminista: la identidad como manifiesto» la periodista argentina y codirectora de LATFEM María Florencia Alcaraz sugiere respuestas.

    El traje del “periodismo de género” ya queda apretado, incómodo, asfixia. Las relaciones y estructuras de género son apenas una parte de un conjunto variado de opresiones que se vuelven necesarias abordar desde una mirada feminista en los medios de comunicación pero que, a la vez, son imposibles de separar género, clase, raza, edad, etnia y un largo etcétera de modalidades y estructuras de dominación.[iii]

    Ya no basta el análisis de género, las actoras diversas y les actores exigen reconocimiento y protagonismo en el periodismo. Además de las desigualdades y brechas entre hombres y mujeres existen otras que deben ser develadas. El feminismo interseccional las señala y el periodismo feminista se amplía ante esa realidad.

    La narrativa feminista no sólo explica las desigualdades de género sino que debe contemplar otros elementos como la raza y la clase y tensionar las desigualdades al interior del género. La categoría de interseccionalidad pone de manifiesto dos asuntos: por un lado la multiplicidad de experiencias sexistas vividas por distintas mujeres y femineidades; por otro, la existencia de posiciones sociales que no sufren ni la discriminación, ni la marginación porque encarnan, en otros aspectos, la normatividad: la masculinidad, la heterosexualidad, la blanquitud. Al poner de manifiesto estos aspectos, este tipo de análisis ofrece nuevas formas de mirar más completas y complejas (Viveros Vigoya 2016).[iv]

    Si no es ahora, ¿cuándo?

    La cuarta ola activó el periodismo feminista. El punto de partida en América Latina fue la primera manifestación masiva convocada en Argentina bajo la consigna Ni una Menos ante el feminicidio de la joven Chiara Páez, en 2015.  En esa década las mujeres griegas, las árabes, las españolas, las indias, norteamericanas y mexicanas, en todos los países, llenaban las calles y plazas contra el patriarcado. La marea verde exigiendo la despenalización del aborto se volvió global. El clímax de esta cuarta ola fue el 8 de marzo de 2018, cuando se realizaron movilizaciones en más de 70 países y 150 ciudades de todos los continentes. 

    Las mujeres, sobre todo feministas jóvenes, continúan saliendo a las calles masivamente y reivindican sus diversas identidades: son héteras, lesbianas, trans; gritan las mismas consignas y acusan al macho violador, a los feminicidas, exigen su derecho al aborto libre y gratuito, denuncian la impunidad desde el Estado. Nuria Varela, escritora feminista española, habla del Tsunami feminista.[v] La violencia es real y sus voces se unen en las calles, en las emisoras comunitarias, en las redes sociales sumando los feminismos y los activismos.  Las consignas Ni Una Menos, Vivas Nos Queremos, se multiplican y se viralizan. En ese activismo periodístico se encuentran todas y todes, sin discriminaciones de género, clase, edad, color de piel. La interseccionalidad concreta en la vida y en la comunicación construyendo un periodismo feminista, diverso y contrahegemónico.



    [i] https://www.aragon.es/documents/20127/674325/feminismos_igualdad_curso.pdf/35542faa-08b0-355d-881c-17ee21e5894f

    [ii] https://radialistas.net/wp-content/uploads/2020/10/De-Redes-y-enrededas.pdf

    [iii] https://latfem.org/de-la-perspectiva-de-genero-al-periodismo-feminista-la-identidad-como-manifiesto/

    [iv] https://www.aacademica.org/1.congreso.internacional.de.ciencias.humanas/1561.pdf

    [v] https://nuso.org/articulo/el-tsunami-feminista/

  • 2.2 Lenguaje inclusivo las, los, les, @, x

    Escuché decir a un lingüista: el lenguaje inclusivo no tiene intenciones gramaticales, su intención es política.

    Es que lo que no se nombra no existe y somos lo que la palabra nos define. El patriarcado ha impuesto un lenguaje masculino que elimina de plano otras existencias: las mujeres diversas y la población LGTBIQ+. Si revisamos los textos de historia, arte, ciencia, religión, economía, todos están escritos por hombres, se refieren a los hombres y a sus actividades. El androcentrismo lingüístico, ellos en el centro de la escritura del mundo.

    En su lucha por la equidad y la justicia, las feministas identificaron al lenguaje masculino como una de las principales violencias contra las mujeres. Lo denunciaron. Para animar el cambio social hay que transformarlo, pues el lenguaje nos permite crearnos imágenes mentales de las cosas. Tiene efectos sobre nuestra forma de vivir y de actuar. De entender la sociedad.

    Las y los

    El lenguaje inclusivo ha recorrido varios caminos. El primero es la incorporación de palabras femeninas junto a las masculinas en igualdad de mención, que permitan ver y oír ambos géneros.

    Es el famoso los y las que aún provoca las iras de los defensores de la Real Academia de la Lengua Española, que sigue con el cuento de que “cuando se dice hombre se incluye a la mujer”. Puro sexismo lingüístico. Pero el lenguaje es móvil, en cierto modo fluido, y va evolucionando, enriqueciéndose, adaptándose a la vida, urgido de nombrar acontecimientos y actores nuevos. El uso del lenguaje inclusivo en los medios de comunicación social resulta en representaciones mentales de género más equilibradas, dejando de lado privilegios masculinos. En el periodismo, más en el feminista, urge despatriarcalizar el lenguaje y veremos algunos conceptos y herramientas que nos ayudarán a hacerlo.

    Lenguaje sexista o sexismo lingüístico es aquel que emplea como referente lo masculino, que discrimina u omite a las mujeres. Utiliza términos de género masculino para referirse tanto a varones como a mujeres. Por supuesto, este lenguaje no incluye a las diversidades. Ni las nombra.

    Lenguaje no sexista es dar un tratamiento igualitario y presencia equitativa en nuestro hablar cotidiano, en la construcción de los mensajes y las imágenes mediáticas, a las mujeres y a los varones, con sus aptitudes y características igualmente valoradas. Sin embargo, así conceptuado, las identidades diversas quedan marginadas con el binarismo de género.

    Sexismo social está constituido por el fondo del mensaje, el pensamiento que transmitimos. ¿Acaso transmito la ideología patriarcal? ¿Hasta dónde mi mensaje contribuye a perpetuar la sociedad androcéntrica? ¿Qué estereotipo de mujer transmito en mi forma de hablar? ¿Qué estereotipos de las personas LGTBIQ+? Cuanto más conscientes nos hagamos de los términos sexistas que utilizamos y de la ideología que transmitimos, más iremos corrigiéndolos. No es un asunto solo de palabras; ésas son las formas que arropan lo que tenemos en nuestra mente, en nuestro bagaje cultural.

    Algunas pautas para el cambio:

    • Redacción de noticias. Fíjate cómo los hechos afectan a las mujeres y a los varones y las personas LGTBIQ+. Si escribes sobre el acceso a la salud o a la justicia, por ejemplo, ¿sabes cuántas mujeres o personas de la diversidad son beneficiarias? ¿Cómo ellas acceden a los servicios especializados para su género? Incluirlas enriquece tu nota y amplia tu visión del mundo y la de tu audiencia.
    • Identificar correctamente a las personas. Las personas transgénero deben ser referidas por el nombre y el sexo con los que se identifican.
    • Planificación de entrevistas. Cuida que a quienes entrevistas no sean solamente varones. Haz un directorio incluyendo mujeres, a las diversidades sexo genéricas, y sorprenderás a tu audiencia con voces y miradas diversas. Y habrás aportado a cambiar el sexismo de fondo.
    • Datos de apoyo. Cada vez hay más estadísticas diferenciadas por género sobre casi todas las actividades humanas. Si las incorporas, tu información será más completa e integral.
    • Encuestas y sondeos de opinión. Que no hablen sólo varones, te quedarás con la mitad de la verdad. ¿Qué saben las mujeres de economía, qué saben las personas trans? Te sorprenderás    con las respuestas.
    • Variedad de temas y fuentes. ¿Quiénes son los protagonistas de tus reportajes? ¿Y las y les protagonistas? ¿Cuáles son tus temas? No olvides que el feminicidio, los derechos sexuales y derechos reproductivos, las personas de las disidencias sexuales y sus problemas, son de interés humano.
    • Poner en práctica estas sugerencias no es muy fácil. Al principio, cuesta un poco. Luego, no podrás escribir sin tenerlas en cuenta. Sólo hay dos cosas irreversibles, dice la escritora Rosa Montero: la muerte y el conocimiento. Y por ahí tenemos que apuntar, al conocimiento que hace cambiar el mundo.

    Otras recomendaciones de uso del idioma para un lenguaje inclusivo en:

    Los derechos más humanos, Pág. 97 a 102

    https://www.radialistas.net/wp-content/uploads/media/uploads/descargas/manual_unfpa.pdf

    @ y X

    En un segundo momento, el lenguaje inclusivo va más allá. Y algunos grupos feministas proponen el uso de la @ o la “x” para evitar las terminaciones en “a” y “o”

    La @

    En los últimos años se ha extendido el uso de la arroba (@) para reemplazar la terminación de género (alumn@, discapacitad@…). Sin embargo, puesto que no es un signo lingüístico y no se puede leer, no debe emplearse en ningún texto cuya finalidad sea la lectura. Como reclamo publicitario, sin embargo, la arroba es tan pertinente como cualquier otro símbolo visual, pues no olvidemos que la publicidad conforma un discurso heterogéneo donde cabe todo.[i]

    La X si bien tiene una lectura visual,  es imposible hablarla. Por tanto, queda solo para colectivos que intencionalmente deseen usarla, como son las personas transexuales y transgénero. Nosotrxs, señorxs.

    Les

    Actualmente se ha extendido la propuesta de utilizar la forma -e  (les, todes, elle, nosotres, tú misme) como género neutro para denominar a las personas de género no binario. Este modo de nombrar, inclusivo para las personas LGTBIQ+, cada vez toma más partido en las redacciones feministas, sobre todo en las jóvenes que utilizan el internet y las redes sociales. Si escribes para medios comerciales convencionales y si quieres llegar a un público masivo, seguramente te cuestionarán o rechazarán. Puedes lograr la inclusividad nombrando directamente a los hombres, a las mujeres y a las personas de la diversidad sexo genérica en tu artículo. O usando términos que sustituyan al genérico masculino. Progresivamente, como todo cambio en el lenguaje, este neutro -e se irá utilizando sin resistencias.

    ¿Cómo encontrar formas de comunicarnos sin excluir y sin privilegiar a nadie? Estamos tanteando las mejores maneras de visibilizar las diferentes identidades de género, es un gran logro y una esperanza. Todavía provoca incomodidad decir les niñes, les compañeres, o no sabemos bien cómo aplicar esta sustitución. Pero esta incomodidad es saludable porque nos obliga a pensar en la discriminación y la invisibilidad lingüística y social de las personas LGTBIQ+. La abogada Leticia Lorenzo, Jueza de garantías en Zapala, en la provincia argentina de Neuquén, usa les en su trabajo: porque en estas formas de reconocimiento yo siento que si bien lo simbólico no es el punto de llegada, sí puede ser un punto de  partida.[ii]

    Lectura recomendada

    • De la perspectiva de género al periodismo feminista: la identidad como manifiesto

    https://latfem.org/de-la-perspectiva-de-genero-al-periodismo-feminista-la-identidad-como-manifiesto/

    • Periodismo feminista: contra la impunidad machista en los medios

    https://wayka.pe/periodismo-feminista-contra-la-impunidad-machista-en-los-medios

     

    La regla de la inversión

    Escoge un artículo corto de un diario. Ponlo todo en lenguaje femenino, ¿qué pasa? Ahora, incorpora el lenguaje inclusivo intentando una redacción armónica y cuidando, al mismo tiempo, desechar el sexismo social. Analiza las diferencias entre las tres versiones. Este ejercicio no tienes que enviar a la tutora.

     Tutora

    Tachi Arriola Iglesias tachi@radialistas.net



    [i] https://www.ujaen.es/servicios/uigualdad/sites/servicio_uigualdad/files/uploads/Guia_lenguaje_no_sexista.pdf

    [ii] https://radialistas.net/lenguaje-inclusivo-en-la-justicia/

  • Tercera semana – Formatos

    Escribir, producir audios, fotografiar, diseñar carteles y hasta pintar grafitis requiere de técnicas, de investigar y conocer los temas, tener claridad de lo que se desea comunicar, pero también de mucha creatividad. Cuando escucho decir: el mejor formato es el que se rompe, estoy de acuerdo. Pero antes hay que aprender a hacerlo, conocer el abecedario de la comunicación. No puedes correr sin antes caminar y previo a todo, gatear.

    Esta semana veremos y practicaremos algunos formatos adecuados a nuestro quehacer como periodistas feministas, en los que podemos volcar lo humano, sensible, cuestionador y provocador de nuestros planteamientos políticos.

    ¿Cuáles formatos corresponden al periodismo narrativo?

    El periodismo narrativo trabaja especialmente el perfil, el testimonio o historias de vida, la crónica y el reportaje, que dan opción de aproximarte a la vida de la gente, a recrear los personajes, a entregar tu modo de ver e interpretar los hechos. A llegar a quienes te leen con la misma emoción y pasión con la que escribes. Un extraordinario periodista narrativo es Ryszard Kapuscinski, escritor polaco que novelaba la realidad desde datos reales que vivió e investigó.

    ¿Cómo será tu lenguaje?

    Si bien hemos hablado del lenguaje inclusivo, que es básico, al narrar puedes usar varios elementos que enriquecerán tu redacción:

    • Palabras concretas que “se sientan”, aquellas que se refieran a cosas que se pueden ver, oler, sentir. En la radio se dice que “te hacen ver con el oído”. Es mejor que digas arroz con leche, que hidratos de carbono. Habla del corazón y el llanto, de la risa, el amor y la fiesta. Habla de las flores y de las montañas. De los padres y tíos violadores, de la vida rota de la niña.

    • En el periodismo narrativo feminista debemos desterrar las “otredades”, “decolonialidades”, “epistemologías”, “dicotomías”, “resemantizaciones” y “sincronías” y todas esos términos que necesitan estudios especializados para ser entendidos. No uses palabras abstractas que se refieran a conceptos, esas las dejas para la universidad. No los necesitas para ser profunda en tus análisis. Escribe como la gente habla, así te entenderán. ¿Seré superficial, entonces? No, escribir sencillo no significa simpleza ni banalidad. Es la manera más cercana y empática de llegar a la gente, en general, y a las mujeres, en particular.

    • Olvida las palabras “periodísticas” de moda: aperturar, articular, invisibilizar, receptar, objetivizar, recabar, monetizar, develar, que afean la redacción, más cuando se trata de narrar. ¿Te imaginas si receptamos el acoso y aperturamos la denuncia para develar la violación? O esta frase que me encontré en un sesudo ensayo: ¿Qué posibilidades de decibilidad tenemos las mujeres respecto de nuestra corporalidad?

    • El profesor Eloy Martínez dice: el periodismo narrativo también reconstruye el lenguaje callejero y nos da una idea de cómo habla la gente en una calle bogotana en un época determinada. Esta estrategia hace parte de la idea de dejar testimonio, de retratar un momento de la historia de la historia del país, en el que también se recogen las costumbres de sus habitantes. Todo puede ser narrado, contado, construido con palabras escritas. Las cifras y, en general, las noticias, pueden olvidarse muy rápido, pero una buena historia, una buena narración, permanece en la memoria.

    • Usa figuras literarias como metáforas, refranes, comparaciones, incorpora diálogos y versos.

    • Escribe frases cortas, olvida los enormes y retorcidos párrafos que enredan y hacen incompresible la lectura. Tienes que dialogar con quien te lee y eso no se consigue con parrafazos.
    • Titula y subtitula tus reportajes y crónicas con imaginación. Un título cautivante que permita imaginar el contenido es un punto ganado para la lectura.
  • 3.1 Testimonios o historias de vida

     

    Un testimonio no es un discurso ni una noticia. Es un hecho de vida contado en primera persona.

    Un testimonio no es un formato dramatizado. Es la narración que hace alguien que vio o vivió una situación emocionante, triste o alegre, trágica o esperanzadora.

    Un testimonio no es la opinión sobre algo que ocurrió, sino el relato de una experiencia personal. También puede ser una narración más larga, la vida de una persona.

    Un testimonio no es cualquier relato. Se trata de narrar historias que tengan un significado social, para las mujeres y diversidad sexual, historias que sirvan como ejemplo, que muestren un horizonte para solucionar los mil y un problemas de la vida.

    Un testimonio servirá para dar voz a otras voces, sus puntos de vista, sus emociones y pasiones.

    Empecemos:

    1-Selecciona la testiga o testigo.

    Hay personas que no saben “contar”, narrar. Se ponen enseguida a discursear sobre los hechos que han conocido o vivido. Les cuesta relatar esos hechos, decir cómo pasó, dónde pasó, quiénes estaban… Esas personas no te sirven para testimonios. Busca narradores y narradoras, gente que sepa relatar hechos, contar historias personales. Los niños, las abuelas, la gente sencilla sin estudios superiores suelen tener mucha habilidad para los testimonios.

    2- Asegura la calidad de la grabación, para transcribirla o más aún si la usarás en la radio.

    Chequea antes la grabadora, las pilas, la batería. Haz una pequeña prueba para tener seguridad. Los celulares inteligentes suelen tener buenos micrófonos. Puedes trabajar con ellos si no es una grabación demasiado larga.

    3- Mantén un tono alto y entusiasta.

    Si quien graba adopta un tono sombrío, muy bajo, desinflado… el testigo o la testiga lo imitarán y la grabación será muy aburrida y plana. Aunque el relato sea triste, ponte en una actitud dinámica y habla con voz completa, nunca en susurros o media voz.

    4– Reserva la fuente.

    Pregunta primero si puedes publicar o sacar al aire lo que vas a grabar. Si es un caso delicado, reserva la fuente y conserva el anonimato de la testiga o el testigo. Si grabas para radio, incluso puedes desfigurar un poco la voz con un filtro para que no sea reconocida.

    Para Ryszard Kapuscinski , existían tres tipos de fuentes: “La principal son los otros (y nosotros), la gente. La segunda son los documentos, los libros, los artículos sobre el tema. La tercera es el mundo que nos rodea, en el que estamos inmersos: los colores, las temperaturas, atmósferas, el clima, todo eso que llamamos imponderabilidad, que es difícil de definir y que, sin embargo, es una parte esencial del escritura”.

    Tienes tus materiales, has investigado y leído sobre el tema. Ahora, procede a redactar.

  • 3.2 El perfil periodístico

    Cuando encontramos a una persona que está haciendo un importante trabajo en su organización o comunidad, inmediatamente la entrevistamos y hacemos una nota sobre sus actividades. ¿Por qué no hacer un perfil? Es decir, describir en forma narrativa quién es, qué hace, sus dificultades y logros, sus sueños. Dibujar con palabras, recrear al ser humano que tenemos a frente. Supone ponerse en la piel de otra persona (pongamos como ejemplo a una mujer), aprender a comprenderla con sus ambiciones y sus dificultades, sus satisfacciones y sus éxitos, sus alegrías ante lo inesperadamente hermoso de su vida, su autodesprecio ante sus caídas, las contradicciones de su personalidad, el drama de sus conflictos, su valentía y sus cobardías, la principal dirección de su vida (…).

    Para producir un perfil tendemos que hacer no una sino varias entrevistas a la propia persona, así como a sus familiares y amistades. Conocer su vida, su historia, sus actividades, su carácter. En este tipo de narración periodística hay que tener bien presente la interseccionalidad para no caer en discriminaciones o estereotipos involuntarios. El objetivo es que quienes nos lean terminen conociendo y empatizando con este perfil.

    Podemos organizarlo de la siguiente manera:

    • Una vez acopiadas las entrevistas, datos de otras personas, investigaciones de los contextos en que esa persona se desenvuelve, hay que revisar y trabajar lo que queremos resaltar de ella. No se trata de transcribir todo lo que obtuvimos, se trata de retratar un ser humano.
    • Podemos iniciar contando una breve anécdota de su vida, una frase, algo que nos haga intuir su personalidad.
    • Describir a la persona físicamente y a su entorno, con detalles que nos hagan imaginarla.
    • Ir narrando en forma cronológica su vida.
    • Intercambiar párrafos narrativos nuestros con diálogos de la persona entrevistada o sus amistades.
    • Ir avanzando de esa manera a modo de escenas que se irán entretejiendo y conformando la historia.
    • Finalizar en alto. Puede ser con una frase significativa de la persona sobre la que escribimos.

    Lectura recomendada:

    • Patricia Gualinga: El latido de la selva en la historia del país

    https://www.planv.com.ec/historias/perfiles/patricia-gualinga-el-latido-la-selva-la-historia-del-pais

  • 3.3 El reportaje o documental

    Navegando por los amplios océanos del internet, encontré un medio digital feminista, La Crítica. Entre sus muchas publicaciones digitales, un instructivo de cómo realizar un reportaje. Apelando a la sororidad y a la cultura libre, lo comparto con ustedes. Seguramente, muchas se animarán a realizarlo.

    La Crítica es un medio de comunicación feminista conformado por reporteras y columnistas mujeres. Difundimos información rigurosa a través de notas informativas, entrevistas y reportajes; así como análisis y opiniones críticas enfocadas a entender la realidad de las mujeres.

    “Se dice de manera coloquial que el reportaje es el género periodístico más completo: incluye entrevistas, datos, investigación y una interpretación que narra de manera profunda y detallada un acontecimiento, persona, evento o situación con un interés noticioso. 

    Usualmente (como en todo el ejercicio periodístico) se ha dado mayor peso, e incluso credibilidad, al reportaje elaborado por hombres y, además, existe la creencia de que este género es algo sumamente complejo, algo que no todo el mundo puede hacer. Sin embargo, las mujeres también han destacado en la elaboración de reportajes que trascienden y exponen realidades que de otra manera pasarían desapercibidas.

    Algunas de las características del reportaje son las siguientes:

    1. Tiene un tema claro y específico.
    2. La estructura del reportaje corresponde a la estructura básica de los textos: introducción, desarrollo y conclusión. El estilo y la narrativa son personales, dependen completamente de la voz de la autora, es decir, cómo quiere que las lectoras se involucren y se interesen por el tema, pero siempre dejando en claro su postura política.
    3. Puede tratar acontecimientos o hechos que no necesariamente sucedieron en el presente, de ahí que lo noticioso venga del enfoque, del análisis y aquello que se pueda aportar sobre ello. Puede versar sobre la vida de mujeres que vivieron hace mucho o de lugares que ya no existen, siempre y cuando se le dé una perspectiva de interés en la actualidad.
    4. La autora debe investigar a profundidad el tema, yendo a tantas fuentes como le sea posible, ya sean documentales o vivas (entrevistas) que además aporten diferentes ángulos sobre el tema.
    5. El reportaje, desde el feminismo, reconoce la subjetividad de las autoras y lo presenta de manera clara, para que las lectoras sepan cuál es su posición ante el hecho y puedan ellas mismas sacar sus conclusiones. Una de las mayores críticas que se hacen al periodismo desde el feminismo es hacia la supuesta “objetividad” que presenta datos y pretende que no existen en esos datos, sesgos o parcialidad. Por eso, el reportaje feminista no lo esconde ni pretende ser algo que no es.
    6. Requiere de rigor en la búsqueda y documentación de las fuentes. Usualmente, se estima que cada dato que presente tenga varias fuentes que lo cotejen, dependiendo del tema, serán las fuentes para consultar. Aquí conviene hacer una anotación: no todo el conocimiento se encuentra en las instituciones ni en las academias. Mucho menos cuando hablamos de temas de mujeres. La sabiduría, el conocimiento y la lucha pueden estar en las calles, en las experiencias de quienes viven la realidad, quienes se organizan.

    Lectura recomendada:

    • Impunidad que tortura, reportaje sobre las clínicas de deshomosexualización. Carlos Flores.

    https://www.connectas.org/especiales/impunidad-que-tortura/

  • 3.4 La Crónica

    La palabra crónica viene del griego kronos, que significa tiempo. Una crónica es una nota periodística, pero que relata los hechos tal como sucedieron cronológicamente. Una crónica relata y transmite los acontecimientos de modo secuencial.

    La estructura de la crónica no sigue el orden jerárquico de la noticia (de más a menos), sino el dramático (de menos a más). Una crónica cuenta los hechos tal como fueron sucediendo. No es un texto de ficción, sino que narra de manera detallada y ordenada en el tiempo, un acontecimiento de actualidad.

    La crónica, como forma periodística, corresponde a una narración rica en descripciones. Es la exposición, la narración de un acontecimiento, en el orden en que fue desarrollándose; se caracteriza por transmitir, además de información, una descripción clara y concisa de los hechos, su contexto, su espacio y tiempo.

    Vean este ejemplo de crónica:

    En medio de la glorieta algunas chicas gritan, otras callan. Todas con diferentes matices luchando por las que faltan. A las diez de la mañana del 8 de marzo diferentes colectivos protagonizan un plantón alrededor del Parque Calderón para recordar que “si no luchas, nadie te escucha”.

    Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Esta fecha fue formalizada por las Naciones Unidas en 1975 para reflexionar sobre los avances en los derechos de las mujeres y la equidad de género, pedir más cambios y celebrar la valentía de miles de ellas que jugaron un papel clave en la historia de sus países y comunidades.

    Varias manifestaciones tuvieron lugar en las principales ciudades del Ecuador. En Cuenca el ambiente en el parque cobra vida, poco a poco, matizado por el morado que identifica al movimiento feminista. A las diez y veinticinco el colectivo ‘Femininja’ presentó una obra de teatro y cinco minutos después la batucada ‘‘La jacarandosa’’ entonó canciones populares como  Bella ciao  y We Will Rock You en sus versiones feministas. Varias manifestaciones tuvieron lugar en las principales ciudades del Ecuador.

    En Cuenca el ambiente en el parque cobra vida, poco a poco, matizado por el morado que identifica al movimiento feminista. A las diez y veinticinco el colectivo ‘Femininja’ presentó una obra de teatro y cinco minutos después la batucada ‘‘La jacarandosa’’ entonó canciones populares como  Bella ciao  y We Will Rock You en sus versiones feministas.

    Elisa Alemán.

    https://ww2.elmercurio.com.ec/2020/03/10/si-no-luchas-nadie-te-escucha-una-cronica-del-8m/

    Una crónica no tiene que ser muy larga. Una crónica puede durar lo mismo que una nota ampliada, una página, entre 500 a 1000 palabras. Lo que la caracteriza no es la duración, sino su construcción interna, contar los hechos según fueron ocurriendo en el tiempo.

    La crónica maneja un lenguaje narrativo, hasta poético, un estilo accesible para todo el mundo, con lenguaje sencillo y muy descriptivo que permite ir incorporando pequeños diálogos, citas cortas, consignas, comparaciones, datos que enriquecen y dan variedad y movimiento a la narración.

    Lecturas recomendadas:

    • El día en que las calles por fin fueron de ellas

    https://www.milenio.com/politica/comunidad/marcha-8-de-marzo-el-dia-que-las-calles-por-fin-fueron-de-las-mujeres

    • Aborto legal: crónica de la noche en la que nos convertimos en ciudadanas

    https://www.infobae.com/sociedad/2020/12/11/aborto-legal-cronica-de-la-noche-en-la-que-nos-convertimos-en-ciudadanas/

    • ¿Conoces feministas que hacen periodismo narrativo?  Si nos envías las referencias de tres de ellas podremos tener un verdadero tesoro y las socializaremos a todas.
    • A estas alturas ya tienes definido el tema de tu trabajo periodístico. Ahora, debes decidir en qué formato vas a escribir.  Nuestra cuarta semana del módulo estaremos trabajando cada texto propuesto.  A poner en práctica todo lo revisado, a echar a volar la creatividad. Y a redactar.

    Tutora

    Tachi Arriola Iglesias tachi@radialistas.net

  • Cuarta semana – Y ahora… a escribir

    1. Antes de ponerse a escribir

     A escribir se aprende leyendo. Leyendo buena literatura, buenos artículos periodísticos. Y si es en clave feminista, empapándonos de la creatividad de muchas que en Ecuador y América Latina se abren camino en los medios de comunicación con voces y palabras libres y transgresoras. Que emocionan e incomodan.

    Antes de ponerse a escribir, les propongo leer. Les envío unos enlaces para hacerlo, además de los que tienen a lo largo del módulo. Escojan un par de artículos sobre los temas que más les atraigan. Miren la estructura que usan las periodistas, cómo incluyen diálogos, citas, datos, figuras literarias. Disfruten y reconozcan el lenguaje y el pensamiento feminista. Leer no es para imitar, menos para copiar el estilo de ninguna de ellas. Cada una se va a crear el propio, a descubrirse, a poner pasión y color a sus ideas.

    Lecturas recomendadas:

    • Mujeres que narran la guerra, Cristina Burneo, ecuatoriana.

    https://www.labarraespaciadora.com/medio-ambiente/mujeres-que-narran-guerra/

    •  Las ríos de Santo Domingo huelen a mierda, Gabriela Ruiz Agila, ecuatoriana

    https://www.labarraespaciadora.com/medio-ambiente/peripa-llegando-hasta-los-cerdos/

    •  Desaparecer, Eileen Truax, mexicana.

    https://medium.com/@eileentruax/desaparecer-d590f3d880b2

    • Tres fronteras entre la violencia y el olvido, Eileen Truax, mexicana

    https://elfaro.net/es/201912/centroamerica/23889/Tres-fronteras-entre-la-violencia-y-el-olvido.htm

    • Los votos en la piel, Mariana Carbajal, argentina

    https://www.pagina12.com.ar/314535-los-votos-en-la-piel

    • El rostro del aborto clandestino, Mariana Carbajal, argentina

    https://www.pagina12.com.ar/314244-el-rostro-del-aborto-clandestino

    • Nombrar para cambiar, Rosa Montero

    https://elpais.com/elpais/2021/01/11/eps/1610380968_856585.html

     

    1. Y ahora… a escribir

     Las tutoras, Tachi y Gaby, estaremos durante esta semana (hasta el primero de marzo) revisando los textos que escriban. Y sugiriéndoles, si fuera necesario, algunas maneras de mejorar los trabajos.

    Son pocos días para esta revisión, por tanto, les pedimos que nos envíen sus propuestas lo antes posible. Como ya tienen definidos sus temas, decidan el formato y a darle al teclado.

    Gaby y yo estamos seguras que saldrán textos sorpresivos, humanos, bellos. Y que vamos a disfrutar juntas esta experiencia creativa.

    Tutoras

    Tachi Arriola Iglesias tachi@radialistas.net

    Gabriela Toro Aguilar gtoroaguilar@protonmail.com

  • Video conferencia 1

    Dilemas, problemas y conflictos en el oficio periodístico

    En la primera videoconferencia de este módulo conversaremos sobre los dilemas, problemas y conflictos en el oficio periodístico. Sea que nos proyectemos trabajando en alguno de los tipos de periodismo o que estemos en esta escuela para fortalecer las labores comunicacionales de nuestras organizaciones o colectivas, enfrentaremos en el camino varios dilemas y conflictos en nuestro quehacer, esas situaciones estarán —inevitablemente— atravesadas por los sistemas sociales de opresión.

    Las relaciones de poder en las que constantemente interactuamos y participamos, el contexto social e histórico de los territorios en los que vivimos, ciertos acontecimientos traumáticos, los distintos tipos de violencia que pueden poner en riesgo nuestra integridad, entre otras problemáticas, son hilos finos —e invisibles para el gran público— del quehacer informativo. En un plano no tan distinto también está el autocuidado que deberíamos procurarnos, pues el quehacer periodístico no solo es un trabajo, nuestros cuerpos y nuestras vidas son las que están presentes —y no solo el intelecto y las habilidades—, y por ello, son las que debemos cuidar y abrigar.

    Por eso, aquí encontraremos un pequeño espacio para poner esos temas sobre la mesa, reconocer su existencia y así poder posicionarnos críticamente, reflexionar y tomar acciones para precautelar nuestra integridad en este oficio.
     
    Actividad previa a la videoconferencia 1:
    Por favor, lee y observa, en el orden sugerido, las noticias y el reportaje sobre las historias de tres periodistas latinoamericanas. Entre cada artículo toma un descanso, bebe agua, come algo sano y delicioso (por ejemplo, una fruta que te guste mucho), camina, respira y ya con la energía renovada continúa con el ejercicio. En la videoconferencia conversaremos sobre la importancia de esas experiencias para nuestro aprendizaje.
    1. Lydia Cacho: https://elpais.com/mexico/2021-02-03/arrestado-el-exgobernador-de-puebla-mario-marin-por-el-caso-lydia-cacho.html
    2. Miroslava Breach: https://aristeguinoticias.com/2512/mexico/por-que-asesinaron-a-miroslava-breach/
    3. Jineth Bedoya Lima:

  • Video conferencia 2

    Taller de avances: escucha y retroalimentación

    Para la segunda videoconferencia haremos un taller virtual con los avances de nuestros textos, no necesariamente saldrán cosas de la primera videoconferencia, pero será un espacio para escuchar dudas y comentarios, y recibirán una retroalimentación de la tutora, así como de sus compañerxs de la escuela. En este espacio de taller se pide honestidad y respeto. Al tratar con avances de textos nos comprometemos a no juzgar el trabajo ajeno, pues cada quien está acá para aprender y tiene su propio ritmo.

    • Fecha: Viernes 26 de febrero 2021
    • Hora: 18h00
    • En este pad coloca tu nombre en el horario de tu elección. El 1er turno es para 12 personas y el 2do para 11 personas.
    • Link a la videoconferencia: https://meet.jit.si/EscuelaFeministaLaOrtiga